El pesebre quedó certificado como patrimonio cultural de Venezuela, durante el lanzamiento del Primer Festival Nacional del pesebre, que se realizó este miércoles en la sede de la Casona Cultural, en Caracas.
Dicho documento fue firmado por la presidenta del Instituto del Patrimonio Cultural, Dinorah Cruz; además del Ministro de la Cultura, Ernesto Villegas. Posteriormente, se remitió a representantes del Movimiento de Muñequeras y Muñequeros Amorosos de Venezuela.
Acerca del festival, el maestro juguetero Mario Calderón, premio nacional de Cultura, señaló que se trata de «una iniciativa que nos emociona, porque permite celebrar una de las épocas más hermosas que tenemos como la Navidad».
Por iniciativa del Gobierno Nacional, se convoca a todos los interesados a participar de esta actividad, especialmente dedicada a los niños y niñas del país. También podrán participar organizaciones, instituciones nacionales y locales, unidades educativas y agrupaciones de cualquier género artístico.
Existen diez categorías: mejor pesebre con materiales de reciclaje; mejor pesebre comunitario; mejor pesebre estudiantil; mejor pesebre institucional; mejor pesebre en espacios públicos; mejor pesebre viviente; el mejor pesebre tradicional; el mejor pesebre de vanguardia; mejor pesebre hecho por niños y niñas y mejor pesebre hecho por adultos mayores.
Para participar se debe grabar un video de duración máxima de 60 segundos, en el que se muestre el pesebre y compartirlo con un mensaje alusivo mencionando las redes sociales, tanto en Twitter como Instagram, del Festival Pesebres de Venezuela. Las propuesta se recibirán del 14 al 24 de diciembre de 2022.
Declaran al pesebre Patrimonio Cultural de Venezuela
El Nacimiento, también conocido como Belén, o simplemente pesebre, resultó una idea de San Francisco de Asís en la Nochebuena del año 1223 en el pequeño pueblo de Greccio, Italia.
En aquel entonces el santo, que ya presentía su cercana muerte, quiso vivir la Navidad de una manera distinta. Juntando personajes y animales en una gruta que le facilitaron, recreó el momento de la Natividad del Señor, ante la sorpresa de los vecinos del poblado.
Aquella noche fría, el sacerdote de la zona presidió junto a la escena la misa de Medianoche, donde el «pobrecito de Asís» pudo contar la historia de la primera Navidad con lujos de detalles, conmoviendo a quienes lo escuchaban, y llenando su corazón de amor hacia el Niño Dios que se hacía presente.
San Francisco moriría tres años después, el 3 de octubre de 1226 y esta costumbre se repitió de generación en generación hasta nuestros días.
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