Hoy en día Instagram es la plataforma predilecta de los futbolistas, cantantes, actores y famosos de todo tipo. Oportunidad que usan para conectarse con millones de sus admiradores y se ha prestado para la publicidad encubierta, un negocio con el que muchos se llenan los bolsillos.
Desde hace un tiempo, en especial los últimos dos años, ha habido una explosión de publicidad encubierta y tradicional en Instagram. El segundo es fácil de ver, y viene en dos formas: anuncios propios de Instagram y contenido subido por cuentas normales que está pagado por compañías ansiosas de llegar a su público.
Lamentablemente los anuncios no gustan a los fans. Y eso molesta a las compañías que pagan mucho dinero porque sus productos aparezcan en las fotografías, unas veces de forma clara y central, otras veces sutil.
Por el contrario, las publicaciones explotan de “me gusta”, cuando se trata de fotografías recientes, simples, espontáneas, en el calor de su familia, o rodeados de sus seres queridos.
Pero si introduce una foto en un evento, con el logotipo de la compañía que le patrocina centrado y relevante en la fotografía, la gente ignora más la publicación. Lo que representa un problema para las compañías. ¿Cómo solucionarlo? Con finura e ingeniosidad.
Un bote de dulce de leche (sin abrir) en la fotografía, unas botellas de vino tinto español en el centro y más, son formas de hacer llegar un producto a millones de personas. Es común para deportistas tener patrocinadores durante años en los que por contrato, están obligados a mantener una actividad social mínima donde sus productos o logotipos aparezcan de forma visible.
Según un estudio reciente más del 90% de las cuentas más populares incumplen la normativa estadounidense bajo la que opera Instagram. La autoridad en concreto, la Comisión Federal de Telecomunicaciones estadounidense, lleva años enviando cartas a la compañía recordando de sus obligaciones legales.
La plataforma, propiedad de Facebook, ha anunciado una forma más sencilla para que famosos, celebridades y gente influyente de todo tipo deje bien claro quién ha pagado por esos zapatos deportivos, esos lentes de sol, ese bikini, esa nueva tablet que aparecen en la fotografía como si nada.
Para hacerlo más llevadero a las marcas, Instagram compartirá las estadísticas de la fotografía con la cuenta oficial que quede marcada como patrocinador o anunciante.
No han anunciado de momento ningún tipo de penalización para aquellos que no utilicen la herramienta. De momento las agencias de regulación europea y estadounidenses no están presionando mucho a la plataforma. Quizá un día las cosas cambien, y los anuncios queden marcados como lo que son.
Con información de La Vanguardia