Los puntos negros, también conocidos como comedones abiertos, son una afección cutánea común que afecta a personas de todas las edades. Se caracterizan por la aparición de pequeñas protuberancias oscuras en la piel, especialmente en la cara, la nariz y la barbilla.
Los puntos negros se forman cuando los poros de la piel se obstruyen con sebo (aceite), células muertas y suciedad. Cuando el sebo entra en contacto con el aire, se oxida y se vuelve negro, de ahí el nombre de «puntos negros».
¿Cómo tratar los puntos negros?
Existen muchos tratamientos disponibles para los puntos negros, tanto caseros como profesionales.
Tratamientos caseros:
- Limpieza facial: Lávate la cara dos veces al día con un limpiador suave y agua tibia.
- Exfoliación: Exfolia tu piel una o dos veces por semana para eliminar las células muertas y la suciedad.
- Mascarillas: Aplica una mascarilla de arcilla o carbón una vez por semana para absorber el exceso de sebo.
- Tiras de poros: Utiliza tiras de poros para eliminar los puntos negros de la superficie de la piel.
Tratamientos profesionales:
- Extracción de comedones: Un dermatólogo o esteticista puede extraer los puntos negros de forma segura y eficaz.
- Peelings químicos: Los peelings químicos pueden ayudar a exfoliar la piel y reducir la apariencia de los puntos negros.
- Microdermoabrasión: La microdermoabrasión es un tratamiento que utiliza un dispositivo especial para exfoliar la piel y eliminar las células muertas.
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