Un hombre de nombre Rafael Pérez Hernández, mantuvo encerrada a su familia ,en su propia casa en Ciudad de México , sin posibilidad de que saliera siquiera a la calle donde vivía. Además de someterlos a trabajo esclavo y maltratos, constantemente los amenazaba con armas y les negaba la alimentación.
Este caso, que fue ampliamente seguido por la prensa de la época, ocurrió en 1959. La particularidad de lo ocurrido en la vivienda, que ya no existe, en la avenida Insurgentes Norte con calle Godard, dio pie para que se hiciera la película ‘El castillo de la pureza’, la obra de teatro ‘Los motivos del lobo’ y la novela ‘La carcajada del gato’.
La esposa Sonia María Rosa Noé Uzueta, y a sus seis hijos, estuvieron encerrados en su vivienda conocida como ‘La casa de los macetones’, que le servía de pequeña fábrica de venenos para ratas e insecticidas.
Pérez Hernández sometió a su grupo familiar a través de amenazas con un cuchillo y una pistola. La razón que les dio para prohibir que salieran a la calle y que tuvieran relación con su entorno fue supuestamente protegerlos de la maldad del mundo, recoge El Heraldo.
Además, obligaba a sus hijos a trabajar durante extenuantes jornadas, en las que había poca comida y duros castigos.
La liberación
Cuando fueron liberados sus descendientes, se conocieron los nombres poco comunes que les habría puesto su padre, que se autodenominaba ‘librepensador’: Indómita, de 17 años; Libre, de 15; Soberano, de 14; Triunfador, de 12; Bienvivir, de 10; y Evolución y Pensamiento Liberal, una recién nacida de poco más de un mes.
La historia que ocurrió tras los muros de la casa se supo en julio de 1959. Al parecer, uno de los hijos de Pérez Hernández lanzó a la calle una carta donde pedía auxilio y que fue hallada por un transeúnte. Tras una extensa investigación del Servicio Secreto de la Policía, a petición de los vecinos, el también llamado ‘Químico loco’ fue detenido mientras estaba afuera de la vivienda, según La Prensa.
La familia habría sido encontrada en condiciones lamentables: descalza, con ropa harapienta, con signos de desnutrición y desaseo y aterrorizada por años de abuso físico y psicológico al que fue sometida.
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