Por Jaime Macías
Uno de los atractivos que cautiva a los seguidores de cualquier disciplina deportiva, es lo impredecible que puede ser un juego, partido, prueba o cualquier competencia. Porque si algo es casi imposible conseguir en el deporte es la perfección, que normalmente no se da por un fallo humano, que puede ser de parte del atleta, técnico, jueces o árbitros.
Al igual que el futbol con su famoso VAR, el beisbol se ha unido a la precisión tecnológica a lo que antes era solo terreno de los árbitros. Resulta que ahora quieren ir por la llamada zona de strike y bolas. Porque después de más de un siglo siendo cantada por los umpires, se vienen a dar cuenta que estos como todo humano, tienen su fallas o sea no son perfectos.
Para ello quieren instalar un dispositivo tecnológico que sea el que se encargue de señalar automáticamente, no cantar, las bolas y los strikes. Dejando los foul y golpeados, por ahora, a los imperfectos árbitros. Guardando la distancia, algo parecido cuando jugábamos pelotica e’ goma o chapita y pintábamos un cuadrito en la pared para señalar la zona de strike.
Strike al Strike
Para muchos sería buena esta «perfección», otros comentan que podría ser algo aburrido, ya que parte de la diversión a veces es echarle la culpa al árbitro cuando no se dan las cosas o vamos más allá, como dice mi compadre el fanático gritón de tribuna: «se perdería la bonita costumbre de recordarle uno de los familiares al árbitro”.
Por mi parte, creo que la mayoría de los seguidores del beisbol, dicen que ellos más que fanáticos, aman este juego. Si algo define el amor verdadero, es que cuando se ama alguien, se le quiere con todos sus errores e imperfecciones, de ahí viene aquello de que «el amor es ciego» y si algunos destacan por su ceguera ante las circunstancias es precisamente un fanático. Ahí se los dejo!
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