Tarek William Saab, actual Fiscal General de la República, se destaca como defensor de los derechos humanos. Su trayectoria abarca más de treinta años de dedicación y esfuerzo por la justicia en Venezuela.
Nacido el 10 de septiembre de 1962 en El Tigre, Estado Anzoátegui, Saab ha dejado una marca indeleble en la protección de los derechos civiles y los valores esenciales de la dignidad humana.
Trayectoria de compromiso
Su compromiso se amplió al ámbito estudiantil al liderar tanto el Centro de Estudiantes del Liceo Pedro Briceño Méndez como la Federación de Estudiantes en el sur de Anzoátegui. Posteriormente, en Mérida, continuó su activismo social al fungir como presidente del Comité de Bachilleres sin cupo en la Universidad de los Andes.
Para la década de los 90, William Saab estableció la primera oficina municipal de defensa de los derechos humanos en el país. Y también estableció la cátedra de derechos humanos en la Policía de Caracas.
Su papel como abogado, brindó defensa a los militares rebeldes del 4 de febrero y el 27 de noviembre de 1992, demostrando su firme compromiso con la justicia. Asimismo, respaldó a las víctimas de abusos policiales y militares, y formó parte de la Comisión de la Justicia y la Verdad.
Su trayectoria política se consolidó al ser elegido diputado del Congreso Nacional venezolano en 1998. Contribuyó en la redacción del decreto ejecutivo para un referéndum sobre la Asamblea Nacional Constituyente y más tarde formó parte del Consejo Presidencial Constituyente.
En 1999, desempeñó el cargo de Constituyente Nacional y redactó el Título III de Derechos Humanos de la Constitución actual. Como diputado a la Asamblea Nacional, lideró la Comisión de Política Exterior y participó en la elaboración de leyes a favor de refugiados y emigrantes.
La historia de Tarek William Saab Halabi se extendió incluso a la gobernación de Anzoátegui, donde llevó a cabo obras comunitarias y programas sociales. En 2014, asumió el cargo de Defensor del Pueblo y Presidente del Poder Ciudadano. En 2017, designaron como Fiscal General de la República.
Viaje poético
El periplo lírico de Tarek William Saab se inició a finales de 1981 cuando optó por mudarse desde el Oriente hasta la ciudad andina de Mérida. En ese momento destacaba como un prominente epicentro de movimientos literarios y subversivos en Venezuela.
Esta elección fue impulsada por su deseo de cursar estudios en Filosofía y Letras en la Universidad de Los Andes, con el propósito principal de cultivar su formación poética.
Durante su estancia en la ULA, estableció conexiones significativas con renombrados poetas como Ramón Palomares. También «Pepé» Baroeta y Edmundo Aray, quienes dejaron una huella indeleble en su vocación literaria.
No obstante, su experiencia académica no colmó sus expectativas, como expresó en una entrevista al diario Frontera, citando versos del poeta Víctor Valera Mora que reflejaban su desencanto.
Tras su aventura en Mérida, Saab regresó a su ciudad natal, entregándose por completo al desarrollo de su vocación literaria. Durante este periodo, colaboró con diversas páginas y revistas literarias y dio vida a su primer poemario, titulado «Los Ríos de la Ira».
En 1987, esta obra le otorgó reconocimiento al convertirse en Primer Finalista en la Bienal «Francisco Lazo Marti» del Ateneo de Calabozo, con un prólogo del aclamado Gustavo Pereira.
A partir de esta publicación, Saab experimentó un destacado ascenso como autor. Participando en recitales poéticos tanto nacionales como internacionales y lanzando varios poemarios premiados en la década de los años 90. Tales como «El Hacha de Los Santos», «Príncipe de Lluvia», «Duelo», «Al Fatah» y «Cuando pasen las Carretas».
La obra más reconocida y difundida en la actualidad es «Los Niños del Infortunio«, la cual se ha traducido al chino y al inglés. Este libro testimonial relata su experiencia en el año 2006, cuando viajó a Pakistán. Y convivió durante dos semanas con los médicos cubanos y los sobrevivientes del terremoto que sacudió esa nación euroasiática.