El caldero venezolano, y decimos “venezolano” pues este ha sido de generación en generación muy útil en la cocina. Para freír las empanadas es excelente, sofreír, además de preparar arepas fritas o dulces.
Como para hacer un pedazo de pollo “express” es decir para un almuerzo rápido. Este sigue siendo muy útil y decimos que ha sobrevivido ante la modernidad. Supera al horno microondas como a la nueva “freidora de aire”.
Ha pasado de generación en generación pues este ha sido emblemático en las familias y pudiera decirse como un patrimonio. Es decir era de la abuela, pero era de la bisabuela y de la tatarabuela y así ha seguido.
Siempre sale a relucir el tema de ¿quién se queda con el caldero?, a la hora del adiós de la abuela. O de hecho, ya el mismo está asignado a cierta integrante de la familia, la cual lo ha pedido a la abuela por ser la que le gusta la cocina.
El caldero venezolano
Y en Venezuela pudiera ser la casa más lujosa, hasta la más humilde todas tienen un “calderito” como lo llaman a forma de cariño. El cual es tan útil como la piedra de machacar ajo o el cuchillo que más corta.
Este es parte de la cocina venezolana, tal cual lo vemos en la foto, así sencillo, con su color negro. Algunos con su color en hierro, pero este es parte de la familia, del sentir venezolano y hasta del sabor de las comidas.
Y a cualquier parte que vamos del país, vemos uno, desde la doña que vende empanadas, adaptado a una cocina. El mismo listo para seguir la faena de las generaciones, siempre listo para la cocina.
Esto es parte de Venezuela, el país que tenemos en sus cuatro puntos cardinales, es decir que el calderito también nos identifica. Como el pabellón, las arepas, los tequeños, las hallacas y toda rica gastronomía que tenemos. Amamos a Venezuela… ¡de verdad!
Lee más información en nuestro portal y consulta nuestros planes publicitarios
