El 26 de abril de 1986, la humanidad fue estremecida tras la explosión de la planta nuclear Chernobyl; causando una treintena de muertes directas, más un centenar de heridos y el fallecimiento indirecto de cientos de individuos más.
El Comité Científico de la ONU para el Estudio de los Efectos de las Radiaciones Atómicas señaló que alrededor de 116 mil personas debieron ser evacuadas, incluidos los 48.000 habitantes de la ciudad de Pripyat. Aunado con que 6.000 niños y adolescentes fueron diagnosticados con cáncer de tiroides por las consecuencias de la tragedia.
Así fue de devastador el accidente nuclear, que los científicos vaticinaron que la zona rodeada a la antigua central nuclear no volverá a ser habitable hasta dentro de 20.000 años.
El presentador británico Ben Fogle aseguró, durante un recorrido en la ciudad documental de Chernobyl que “La gran ironía es que todos se estaban preparando para una gran catástrofe nuclear que llegara en forma de bomba del otro lado del Atlántico, no de su propia central nuclear”.
Lo que actualmente mantiene el núcleo bajo control es un enorme arco de acero construido con más de US$ 1.800 millones provenientes de todos los países de la Unión Europea, que también se vieron afectados por el accidente.
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