Aquel 7 de marzo de 2019 en Venezuela fue algo atípico, a cinco minutos para las cinco de la tarde hubo una falla eléctrica a nivel nacional. Las personas comenzaban a contactarse por celular y gran parte del país se quedó sin energía.
En principio se pensó que podía ser una falla a nivel estadal o que comprendía algunos estados. Pero las redes informaban que varias ciudades del país estaban sin luz. Por ser en horas de la tarde, se pensó que la misma sería pasajera…
Pero los venezolanos no se imaginaron que iban a estar cinco días sin electricidad. Por supuesto, se esperó por información oficial, la cual corroboró una falla en la central hidroeléctrica del Guri.
La primera noche llamó la atención ver solo algunos centros clínicos privados trabajar con plantas eléctricas. Las personas seguían esperando por la electricidad aquella noche hasta que llegó el amanecer.
Los servicios como telefonía celular además de agua se vieron suspendidos por varias horas. De igual modo, las autopistas quedaron vacías como las principales avenidas de todo el país además de las calles.
7 de marzo de 2019, el día 8 vino la solidaridad
En la ciudad de Valencia, algunas empresas fueron solidarias y varias de ellas colocaron el agua que tenían almacenada a la orden y completamente gratis. Vimos también muchas personas ayudando en las colas donde se vendía alimentos. Sin importar corriente política.
Ese día los que estábamos en los medios de comunicación carabobeños también tuvimos que ayudar. Sobre todo a informar donde se surtía agua o donde se podía comprar alimentos.
Cabe destacar que las personas hablaban siempre buscando una solución al problema del agua, como a mantener la batería del celular cargada y para ello estaba el carro. Predominó mucho la unión en aquellas horas, que sin duda fue lo más importante.
Incluso vimos en Naguanagua que varias carnicerías colocaron a bajos precios todo lo que tenían almacenado. El pago en dólares se hizo presente ya que los puntos estaban completamente caídos por la falta de electricidad.
Las horas iban pasando y las personas se ayudaban de igual modo, con velas y algo de alimento. Sobre todo si había niños y adultos mayores en las casas, todo el mundo estaba la orden. Y todo el mundo comía unido.
Se hablaba de todo, menos de los apagones, el país se vio unido ante la falta de electricidad que estuvo presente desde el 7 de marzo. Todas las comunidades esperaban información oficial. Fuera a la hora que fuera.
Desde el “stop” en las casas hasta la espera
No importó que no hubiese electricidad, en las familias y con los vecinos jugaban “stop” para entretenerse. Hubo que cocinar temprano la cena como racionar al máximo los alimentos que había. Cinco días después poco a poco se fue restableciendo el servicio en todo el país.
Hubo horas de angustia, de desespero, pero siempre la calma se hacía presente. Bien sea con una buena conversación con los vecinos, acompañadas de un café. Incluso hubo varias personas que limaron hasta asperezas y desde ese día reinó entre ellos la solidaridad.
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