La proeza tuvo lugar en el velódromo nacional de Saint-Quentin-en-Yvelines, al suroeste de París, donde Robert Marchand, superó hace tres años su propio récord de la hora en bicicleta con un total de 26,927 kilómetros.
Los 22,547 de este miércoles los completó en 92 vueltas al circuito, pero los medios nacionales recordaron que Marchand debe someterse todavía a un control antidopaje para que su récord sea homologado por la Unión Ciclista Internacional (UCI).
«Estoy bien», dijo al bajarse de la bicicleta, sonriente y emocionado por el numeroso público que había acudido para acompañarle.
Marchand, que se define como «el deportista más viejo del mundo», nació el 26 de noviembre de 1912 en Amiens (norte de Francia) y asegura que su única «poción mágica» es añadir un poco de miel a su botellín de agua.
Haber hecho deporte toda su vida, comer muchas frutas y verduras, no fumar, tomar poco café y menos alcohol son algunos de los hábitos que, según ha declarado a la prensa local, le han permitido llegar a su edad con buena salud.
El diario «Le Parisien» relató esta semana que Marchand hace una hora diaria de estiramientos, entrena durante otros 60 minutos en su bicicleta estática y después se pasa el día leyendo «para mantener su cerebro activo».
Antiguo militante comunista, este exbombero y campeón de Francia de gimnasia, viudo desde 1943, llegó a estar encarcelado en la segunda Guerra Mundial (1939-1945) por haberse negado a dar clases de deporte a los hijos de los colaboradores con la Alemania nazi.
Su larga trayectoria vital incluye, según «Le Parisien», una «huida» a Venezuela, donde trabajó como plantador de caña de azúcar, camionero y criador de aves, y otra a Canadá, después de que en ese primer país se descubriera en su camión una caja con pistolas que asegura que no era suya.
Con información de Meridiano