La ola de manifestaciones de calle que se desarrollan en diferentes ciudades de México, luego del aumento de la gasolina, han dejado hasta el momento 3 muertos, más de 600 heridos y alrededor de 500 detenidos.
Es importante destacar que dichas protestas sociales se generaron luego que se elevaran, en un 20%, los precios de la gasolina y el diesel, aumento que entró en vigor el pasado 1ro de enero, y que desató una ola de protestas de calle que en algunas ciudades mexicanas han derivado en vandalismo.
En el estado de Hidalgo, donde cientos de manifestantes obstruían los accesos a los centros de almacenamiento de combustible de Petróleos Mexicanos (Pemex), la represión policial dejó dos personas muertas y 11 heridas, reseñó el diario mexicano La Jornada.
Por su parte, en el estado de Veracruz, tras el segundo día de protestas que en algunas localidades se convirtieron en saqueos y actos vandálicos, una persona resultó muerta y otra herida de gravedad al ser arrolladas por una camioneta que huía de las fuerzas de seguridad.
Desde el pasado domingo 1° de enero comenzaron las protestas en algunas localidades, estas se han incrementado en todo el territorio y en algunos casos se han descontrolado sus efectos, que han dejado cientos de estaciones de servicio de combustible vandalizadas, comercios saqueados y pérdidas millonarias en diferentes ciudades mexicanas.
Cuando la ola de protestas en todo el país alcanzaron su fase más crítica, el presidente Enrique Peña Nieto, anunció que aplicaría «mano dura para evitar abusos y tropelías», reseñó EFE.
El alza de la gasolina, que registró un aumento de hasta 20% —lo que representa el mayor aumento del precio del combustible en los últimos 20 años— responde a una política neoliberal aplicada por el Gobierno mexicano, que puso en práctica la progresiva liberación de los precios, abrió al libre mercado la explotación de hidrocarburos y fuentes energéticas, y eliminó el subsidio que el Estado mexicano —un país petrolero— mantenía a este derivado del petróleo.
Pese a que Peña Nieto, desde su campaña electoral en el año 2012, prometió que los precios de la gasolina y el diésel bajarían durante su gestión, el Presidente de México justificó esta medida con el argumento del aumento los precios internacionales del combustible.
«En el último año, en todo el mundo, el precio del petróleo aumentó cerca del 60 %», aseguró Peña en su mensaje anual a la nación este jueves, que coincidió con el momento más ferviente de las protestas en todo el país.
En este sentido, el gobierno mexicano, mediante la liberación de los precios del combustible, busca captar una mayor suma de dinero en impuestos indirectos, cuyo efecto recae con mayor fuerza sobre la clase trabajadora.
Con esta medida, el Gobierno mexicano recortó un gasto, que significó aproximadamente 53.000 millones de dólares entre 2006 y 2014, en subsidio del combustible, y captará, en impuestos, el 36% del costo de cada litro de combustible, que corresponde a impuestos que van al fisco, por lo que resulta un importante incremento de ingresos para las arcas públicas, reseñó BBC.
Con información de AVN
Protestas y saqueos en México por el aumento del combustible un 20%: hay 46 detenidos. Video vía: @MrElDiablo8 pic.twitter.com/v7jJqcq72d
— Agencia El Vigía (@AgenciaElVigia) January 4, 2017