Una madre británica, mantuvo el cadáver de su hija Niamh Storey Davidson, de tan solo nueve años por tres semana en su casa al fallecer de cáncer terminal.
Niamh, fue diagnosticada con cáncer terminal que afecta a los niños principalmente, mejor conocido como tumor de Wilms a los seis años por sus médicos.
La madre informó que su hija murió en noviembre del 2014, en su hogar «Murió en su casa, después del medio día, conmigo y su padre», dijo
Pero a pesar del enorme dolor por la pérdida, la británica tenía una cosa bien clara: ella quería donar los ojos azules de la pequeña, la única parte de su cuerpo la enfermedad no había llegado.
Horas después de su muerte, la madre se comunicó con Arka Original, una empresa con sede en Brighton, una ciudad costera del sur de Inglaterra, que ofrece servicios funerarios personalizados, para la extracción de los ojos con las preparaciones del cuerpo.
Luego de la prepararla y entregarla a la familia , la niña fue llevada a su casa , donde fue cuidada por su madre durante tres semanas , con los ojos cerrados. «Lo quisimos hacer así, de forma lenta, para que la gente tuviera el tiempo de digerir la noticia de su muerte. No hay una fórmula escrita para este tipo de cosas», expresó la madre.
Despedida colorida con globos y mascotas
Niamh era una amante de los perros. Así que el día de su funeral la calle se llenó de amigos, vecinos, niños y sus mascotas. «Fue muy conmovedor que ellos se involucraran en el funeral y fue un privilegio acompañarlos», manifestó
La directora de la funeraria condujo el carro que llevaba el cuerpo de la niña, lentamente, seguida de una procesión de personas. Al final varios globos fueron liberados y después, todas las personas que acompañaban el cortejo fúnebre se dirigieron hasta el cementerio para darle el último adiós a Niamh.
Con información de BBC