Coincheck, una de las casas de cambio de criptomonedas más grandes de Japón, sufrió un robo valuado en USD 534 millones. Los analistas ya lo catalogan como el robo más grande de la historia por la magnitud y repercusiones que tuvo.
El incidente ocurrió el viernes, pero recién se supo ocho horas después. Los activos hackeados fueron NEM (XEM), que se encuentra entre las 10 monedas virtuales más valiosas, según su capitalización de mercado.
Los activos afectados estaban guardados en billeteras calientes (hot wallets), tal como se denomina a los monederos que están conectados a redes externas. En contraposición, las billeteras frías (cold wallets) son dispositivos que no están conectados a la red, por lo tanto, se supone que los activos almacenados de este modo son menos vulnerables a los ciberataques.
Por otra parte, Coincheck carecía de una medida de seguridad fundamental, como es la la multifirma, que requiere de varias firmas o permisos antes de autorizar un movimiento de fondos.
Localizan fondos robados
Coincheck identificó las direcciones adonde fueron a parar los fondos robados, y se puede ver ingresando aquí. No se sabe a quiénes pertenecen esas cuentas, pero desarrolladores de NEM crearon una herramienta que permitiría rastrear automáticamente cualquier operación realizada con los fondos robados.
Otra posibilidad para detener cualquier operación con esas monedas sería la de crear una bifurcación o fork que partiera la divisa en dos: una previa al robo y otra posterior a ese suceso. De todos modos, el vicepresidente, Jeff McDonald, aseguró que no se contempla llevar adelante esta opción, según reseñó Infobae.