Los mitos del coronavirus son tan fuertes como el virus mismo. A pesar de las pavorosas estadísticas de su comportamiento, persisten ideas erróneas acerca de su evolución. A Geoffrey Joyce, Director de Política de Salud de la Universidad de California del Sur le sorprende de sobremanera esta persistencia. “Todavía escucho mitos sobre la infección que ha creado la peor crisis de salud pública en América en un siglo”.
El número de diarios casos de la COVID-19 en los EE.UU. ha saltado a 59.000 al día. El número de víctimas fatales oscila los 134.000 estadounidenses. Pero esto parece no detener a los portadores de estos mitos, incluyendo los políticos que han estado vendiendo su impacto.
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A continuación cinco mitos sobre el coronavirus que Joyce ha escuchado como director de política de salud en el Centro Schaeffer de la UCS.
La COVID-19 es solo una gripe fuerte
El presidente Donald Trump y muchos expertos predijeron que el COVID-19 no sería más letal que una mala gripe. Algunos usaron esa afirmación para argumentar que las órdenes de confinamiento y los cierres de negocios eran anti-Estados Unidos.
A finales de junio, el director de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades realizó un anuncio. Las pruebas nacionales de anticuerpos indicaban que entre el 5% y el 8% de los estadounidenses ya habían sido infectados. Con más de 130.000 muertes confirmadas, la tasa de mortalidad es de alrededor de 0,49% a 0,78%. Estas cifras representan alrededor de cuatro a ocho veces la de la gripe.
Los casos aumentan por las pruebas
Con millones de pruebas realizadas y menos de un 10% de resultados positivos, EE.UU. sabe a lo que se enfrenta. Las pruebas de hoy en día son esenciales para encontrar a las personas infectadas y aislarlas.
Esta idea representa uno de los mitos sobre el coronavirus más perjudiciales. El presidente Trump ha sido el principal proveedor del mito de que se realizan demasiadas pruebas. Afortunadamente, sus asesores médicos no están de acuerdo.
Los cierres no eran necesarios
Debido al actual aumento de las infecciones tras la reapertura de la economía, muchos argumentan que los cierres fracasaron. Pero, ¿cómo se vería el país hoy en día si los gobiernos estatales hubieran asumido la inmunidad del rebaño?
La mayoría de los epidemiólogos creen que la inmunidad de grupo se lograría a un costo enorme de enfermedad y muerte. Alrededor del 60% o 70% de los estadounidenses tendrían que infectarse antes de que la propagación del virus disminuyera. Eso resultaría en 1 a 2 millones de muertes en EE.UU. y de 5 a 10 millones de hospitalizaciones.
Los modelos epidemiológicos están errados
Los mitos sobre el coronavirus, han incorporado la idea de la falsedad de los modelos epidemiológicos. Estos se basan en datos que influyen en las respuestas que a su vez cambian las condiciones subyacentes. Por ejemplo, los nuevos casos de COVID-19 están aumentando en los Estados Unidos, mientras que las muertes están disminuyendo. Esto refleja un cambio en las tasas de infección hacia las poblaciones más jóvenes.
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La modelización de una pandemia debe considerarse como una sugerencia de lo que podría ocurrir dada la información actual y no una ley de la naturaleza.