Es un hecho cierto que las elecciones se ganan con votos. Esos votos pueden obtenerse por una de estas tres vías:
. -Con un sistema electoral fraudulento
En Colombia, por ejemplo, se vota de manera manual con papeletas a las que les sacan fotocopias al momento de agotarse el material en pleno proceso electoral.
En República Dominicana, se suspendieron recientemente las elecciones durante la votación. Un hecho sin precedentes sobre el cual la OEA no emitió pronunciamiento alguno. En pleno proceso decidieron detener las votaciones y volver a empezar en otro momento. Suponemos que hasta que el candidato o candidata de la élite dominante tuviera las condiciones para ganar.
En Estados Unidos el modelo electoral no es universal, es decir, un ciudadano no representa un voto; sino que, en cada Estado se eligen unos representantes al colegio electoral dependiendo del peso económico, y, con esa “magia” un candidato que obtuvo menos votos ciudadanos, pero que gana en los Estados donde se eligen más representantes, se vuelve presidente.
En Inglaterra o en España, los súbditos de esos reinos no eligen al Primer Ministro o Primera Ministra; eligen congresistas y son éstos parlamentarios quienes configuran el gobierno a través de acuerdos.
Todos estos modelos que no son universales, secretos y directos donde un ciudadano es igual a un voto; están diseñados para que el gobierno se elija a través de pactos de élites.
. –Con marketing político
Bukele y Trump son dos casos actuales en los que el marketing se impuso a la racionalidad. Trump; un personaje completamente farandulero maneja su participación pública a través del escándalo; las bravuconadas por redes sociales y los ofrecimientos de rescatar la doctrina Monroe de América para los (norte) americanos.
Así fue el caso de Bukele en El Salvador. Se presentó como un demócrata, vinculado a la juventud; cercano a la gente en el mundo de las redes sociales y se hizo de una gran popularidad a pesar de que sustancialmente, no ha generado mejoras concretas en la base social.
Esta estrategia de marketing la quisieron aplicar con Juan Guaidó. Lo presentaron como una especie de “Obama tropical” con la camisa blanca; corbata y las mangas recogidas para dar sensación de elegancia y dinamismo. Esta estrategia tuvo mucha pegada en el plano internacional; pero se desgastó porque a lo interno de Venezuela sencillamente Guaidó no fue electo para ser presidente sino como diputado suplente en un circuito de 400 mil habitantes.
El marketing de Guaidó terminó siendo usado para fines distintos a la conquista del poder político. En el presente Guaidó; está siendo utilizado por Estados Unidos para dale un barniz mediático de legitimidad a la compra a precio de gallina flaca de la empresa CITGO y por Reino Unido; para robarse decenas de toneladas de oro venezolano guardado en sus bóvedas.
Por 36 toneladas de oro y por la posibilidad de comprar en diez mil millones de dólares una empresa valorada en cuatrocientos mil millones; Reino Unido y Estados Unidos son capaces de reconocer como jefe de Estado a un diputado suplente que se auto proclamó en una plaza.
Después de completar esas operaciones financieras probablemente le den algo de dinero a Guaidó por los servicios prestados y lo protejan en un eventual exilio o simplemente lo abandonen a su suerte.
Estos cinco años de bloqueo, saqueo, tramas de corrupción, ayudas humanitarias y burundangas diversas; fueron consecuencia de un marketing político que se orquestó en medio de un bloqueo financiero iniciado por Obama que causó problemas de distribución, servicios y desarrollo económico. Causando eso nos dijeron que si elegíamos a la oposición en la asamblea nacional haríamos la última cola.
¿Han sido suficientes estos cinco años para darnos cuenta de la importancia de la Asamblea Nacional?
. -A través de un partido, un liderazgo y un plan
En 2017 Francisco Ameliach presentó en la Universidad de Carabobo su trabajo especial para el grado de magíster en historia que tituló “Participación política a través del sufragio en Venezuela durante el período 1983-2012”. En él publica dos interesantes indicadores muy útiles para sustentar mi comentario: El primero son los indicadores históricos de participación electoral con que ganaron los candidatos presidenciales durante todo el pacto de punto fijo (Desde Rómulo Betancourt, hasta Rafael Caldera II) y los índices de miseria de cada uno de estos períodos gubernamentales para sustentar su doble enfoque de la participación electoral: Desde la perspectiva del derecho al voto ejercido y desde la lógica del voto como acción legitimadora de las instituciones democráticas.
Este análisis demostró concluyentemente que la participación ciudadana a través del sufragio fue inversamente proporcional al crecimiento de los niveles de miseria causados por los gobiernos de la llamada Cuarta República
Por eso irrumpe Chávez en 1992 y gana las elecciones con amplio margen de participación electoral y apoyo popular en 1998.
Chávez ante la decadencia del pacto de punto fijo desarrolla dos grandes Planes Nacionales
El Plan Nacional Simón Bolívar con dos grandes objetivos estratégicos: La superación de la miseria material y la Superación de la miseria espiritual.
El crecimiento de los índices de bienestar humano, incrementaron los niveles de participación a través del sufragio; y, el nuevo modelo de democracia participativa y protagónica; trajo consigo mayores niveles de conciencia y el fortalecimiento de un poderoso partido con altos niveles de organización.
Posteriormente, teniendo avanzados los estándares de superación de la miseria material y espiritual; se diseña un segundo plan al que llamó Plan de La Patria en el que se propone Expandir y profundizar nuestra Revolución Bolivariana y Superar el rentismo petrolero a través del desarrollo de nuestras fuerzas productivas.
Se presentó este segundo plan, muere Comandante Chávez quien entrega antes el testigo del mando político a Nicolás Maduro Moros y se intensifica el bloqueo; el saqueo y los ataques barnizados de legitimidad por una Asamblea Nacional en manos de un sector de la oposición que nada tiene que ver con los intereses nacionales.
La oposición no tiene un plan nacional, no tiene un liderazgo que la unifique ni tiene un partido con una Red de Articulación y Acción Sociopolítica que le permita ganar unas elecciones.
Por eso una parte de ella prefiere trata de imponerse legitimando el robo de nuestros activos en el exterior.
Por eso el marketing les sirve para ganar en twitter, pero no unas elecciones.
Msc.Marcos Meléndez
@marcosmelendezm