Un equipo de investigadores sostiene que los científicos deberían usar trucos de magia para comprender mejor la inteligencia animal. La idea puede parecer descabellada en una primera impresión. Sin embargo la perspectiva cambia al saber que este acercamiento científico involucra los mecanismos de la percepción.
Un artículo de Science, señala que no solo los humanos son engañados por los trucos de magia. Muchas especies de animales también son susceptibles a la ilusiones de la prestidigitación. De hecho, los autores del estudio están alentando a los científicos a usar la magia como una herramienta para estudiar la inteligencia animal el pensamiento, el comportamiento y la percepción de los animales.
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“La psicología de la magia ofrece a la comunidad científica una poderosa herramienta metodológica para probar los puntos ciegos perceptivos y los obstáculos cognitivos en diversas especies”, escriben los autores, dirigidos por Elias García-Pelegrin de la Universidad de Cambridge.
Inteligencia animal y trucos
“Estudiar si se puede engañar a los animales con los mismos efectos mágicos que engañan a los humanos puede ofrecer una ventana a los paralelos cognitivos y las variaciones en la atención, la percepción y el viaje mental en el tiempo”, aseguran los investigadores.
El concepto de estudiar la inteligencia animal usando esta estrategia ha ido ganando terreno durante la última década. Como señalaron los autores, muchos investigadores, ya sea a sabiendas o sin saberlo, están usando magia en el laboratorio. Por ejemplo, el uso de cajas con fondo falso cuando se trabaja con perros y grandes simios. O el uso de cuerdas transparentes para confundir a los cuervos de Nueva Caledonia con actos aparentes de levitación.
“El aspecto más interesante es la noción de que podemos comparar mentes humanas y no humanas. Esto se haría determinando si comparten ‘puntos ciegos’ o vulnerabilidades a ciertos trucos”, dijeron los investigadores. “Si los animales son engañados por los mismos trucos de magia e ilusiones que nos engañan a nosotros, eso significa que hay mucha psicología compartida entre humanos y animales no humanos”.
Estos experimentos no están destinados a entretener a los animales. Más bien, los científicos están buscando las reacciones de la inteligencia animal a estas incongruencias lógicas.
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Sin embargo, surge un problema importante: los animales no pueden verbalizar su asombro o confusión después de ser engañados. Entonces, ¿cómo se determina el efecto del engaño en los animales?
Como señalan los autores, una forma es medir la cantidad de tiempo que tarda un animal en evaluar el truco.Un evento puede considerarse una sorpresa si el animal en cuestión pasa “mucho más tiempo mirando el evento. Esto en comparación con uno que se considera ordinario”.
