Un tiranosaurio rex que vagaba por la Tierra hace 68 millones de años parece haber padecido una enfermedad ósea que le habría provocado graves dolores dentales, según revela un nuevo estudio. Un equipo de Alemania afirma que la grave infección, denominada osteomielitis tumefactiva, se originó en la médula de la mandíbula izquierda del dinosaurio.
Es probable que haya provocado a la bestia, a la que los científicos apodaron «Tristán Otto», un dolor de muelas agonizante, convirtiéndola en un depredador especialmente malhumorado. Los restos fósiles de la criatura están casi completamente intactos, lo que los convierte en uno de los especímenes mejor conservados jamás descubiertos.
Ahora, los escáneres han identificado uno de los primeros casos conocidos de una dolencia que afecta regularmente a los humanos. El autor principal, el Dr. Charlie Hamm, radiólogo del Hospital Universitario Charité de Berlín, afirma que una revisión de las imágenes por TC de este fósil reveló un engrosamiento a lo largo de la dentadura izquierda y una masa en la superficie de la mandíbula que se extendía hasta la raíz de uno de los dientes de Otto.
El equipo alemán utilizó una técnica no invasiva llamada DECT (tomografía computarizada de doble energía) para hacer este descubrimiento. Los escáneres detectaron una importante acumulación del elemento flúor, un hallazgo relacionado con la fragilidad de los huesos.
El Dr. Hamm añade que la masa y la acumulación de flúor apoyan el diagnóstico de osteomielitis tumefactiva, una infección del hueso.
Nuevo estudio sobre el tiranosaurio
Los paleontólogos descubrieron el T-rex en Montana en 2010. Es uno de los pocos cráneos de T-Rex con un set completo de sus 60 letales dientes en forma de daga. Con 13 pies de altura, 40 pies de largo y un peso de unas ocho toneladas, Otto es más grande que un autobús de dos pisos.
Sólo se han desenterrado unos 50 fósiles de T-Rex desde que se descubrió el primero en 1902. Ni uno solo se ha encontrado 100% intacto. Con 170 huesos originales de las aproximadamente 300 partes del esqueleto, Tristan Otto es uno de los mejores especímenes de los que disponen los científicos para aprender.
Los investigadores describieron al T-Rex como un «tema familiar de la cultura popular actual». Los investigadores creen que fue uno de los mayores depredadores que han caminado por la Tierra. La notoriedad de la criatura ha hecho que se le apodara el «rey de los dinosaurios».
Sus enormes mandíbulas desencadenaban una mordida tan fuerte que convertían a los animales blindados en un almuerzo empacado, masticando con una fuerza de más de seis toneladas. Sin embargo, los nuevos descubrimientos sugieren que este fuerte dolor de dientes habría convertido a Tristan Otto en un enemigo aún más furioso cuando cazaba por el actual oeste de Estados Unidos.
La DECT conserva los fósiles mejor que otros métodos de escaneo
El método de obtención de imágenes tiene importantes implicaciones en paleontología como alternativa a los métodos de evaluación que dañan las muestras fósiles. El Dr. Hamm explicó que la DECT utiliza rayos X a dos niveles de energía diferentes para proporcionar información sobre la composición de los tejidos y los procesos de enfermedad.
«Nuestra hipótesis es que la DECT podría permitir una descomposición cuantitativa no invasiva del material basada en elementos y, por tanto, ayudar a los paleontólogos a caracterizar fósiles únicos», afirma el Dr. Hamm en un comunicado de prensa.
Los investigadores pudieron superar las dificultades de escanear una gran parte de la mandíbula inferior de Tristan Otto. La compacidad de la pieza fue un reto especial, ya que la calidad de la imagen se resiente cuando se observan objetos muy densos.
«Tuvimos que ajustar la corriente y el voltaje del tubo del escáner de TC para minimizar los artefactos y mejorar la calidad de la imagen», añade el Dr. Hamm. «Aunque se trata de un estudio de prueba de concepto, la obtención de imágenes DECT no invasivas que proporcionan información estructural y molecular sobre objetos fósiles únicos tiene el potencial de satisfacer una necesidad no cubierta en paleontología, evitando la desfragmentación o la destrucción».
Tristan Otto estuvo expuesto en el Museo de Historia Natural de Berlín durante cuatro años.
«El enfoque de la DECT es prometedor en otras aplicaciones paleontológicas, como la determinación de la edad y la diferenciación;del hueso real de las réplicas», afirma el Dr. Oliver Hampe, paleontólogo de vertebrados del museo. «El diseño experimental, que incluye el uso de un escáner CT clínico, permitirá amplias aplicaciones».
Una nueva mirada a «Sue»
El Dr. Hamm y sus colegas también colaboraron con paleontólogos estadounidenses de para realizar un análisis por TC de «Sue»,;el mundialmente famoso T-rex que se encuentra en el Museo Field de Chicago.
«Con cada proyecto, nuestra red de colaboración creció y evolucionó hasta convertirse en un grupo verdaderamente multidisciplinar;de expertos en geología, mineralogía, paleontología y radiología, lo que pone de;relieve el potencial y la relevancia de los resultados para diferentes campos científicos», concluye el Dr. Hamm.
El equipo presentó sus resultados en la reunión anual de la Sociedad Radiológica de Norteamérica (RSNA).
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