Roberto a los 36 años se veía al espejo… se estaba poniendo viejo, este era conocido como el payaso de Las Velitas. Unos veían en él a una persona dulce y trabajadora, otros desconfiaban mientras que otras personas poco les importaba la vida del hombre.
El espejo de su pequeña casa le apuntaba a Roberto que los años no pasaban en vano pese a las sonrisas y a la gracia. Era un animador de fiestas infantiles pero pocos sabían que había detrás del maquillaje, los sombreros de colores y el baile.
Varias veces el hombre le lanzaba besos a Marlin y esto no era bien visto por los habitantes del barrio. Una mañana les pareció extraño como Roberto se encerró en su casa colocando reguetón a todo volumen; una niña de seis años fue la última en ver a la muchacha.
Martha, la abuela de la jovencita vio como Roberto horas después sacaba algo de la casa, una bolsa la cual dejaba en uno de los contenedores. Las personas buscaban desesperadamente pistas que dieran con la menor. Nadie sabía dónde estaba Marlin.
Roberto cerró la pequeña casa y se marchó del lugar esa noche, las personas notaron la indiferencia de este al pasar por donde los vecinos buscaban a Marlin. Dejó su moto y se marchó del barrio… “Pa’ donde irá este tipo”; dijo Carmen una de las personas la cual poco confiaba en el hombre.
El payaso de Las Velitas
Parecía como si Marlin se la tragó la tierra, en aquella Caracas bulliciosa, las personas la seguían buscando. Pero parecía extrañó que Roberto se fuera así de esa manera; la niña de seis años decía que el payaso se había llevado a Marlin. Pero por ser pequeña no confiaron en su relato…
La bulla de los hombres del aseo era más fuerte de lo normal aquel 26 de julio de 2017 y las personas pensaron en lo peor. En efecto Marlin aparecía sin vida entre la basura. Lo que deducía por lo visto por la abuela y lo contado por la niña… Roberto era el sospechoso.
Las personas buscaban a Roberto por ser el presunto autor de aquellos oscuros hechos los cuales parecían marcar más a Caracas. La prensa lo llamaba “El Monstruo de Las Velitas” o “El Payaso de Las Velitas”; las fotos del hombre se multiplicaron en la barriada… todos lo buscaban.
Desleído en la madrugada
Las personas tenían solo fotos del hombre con maquillaje pero eso no era problema para los investigadores policiales. A las cuatro de la mañana en la calle de los Hoteles de Plaza Venezuela dieron con Roberto.
No se resistió ante la autoridad, los investigadores le cubrían el rostro al llegar a la delegación capitalina; mientras varios periodistas buscaban la exclusiva pese a ser de madrugada… Roberto confesó su crimen.
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