Soplaba la brisa en París en noviembre de 1925, el mago Harvey quería impresionar a todo el mundo en el viejo teatro Rouland en la capital francesa. Pero nadie se asombraba de los números que hacía y de los actos de magia.
Lo consideraban sin gracia, al mago llegado de Inglaterra en busca de suerte, una noche mientras ensayaba ve llegar a un hombre alto. Este de sombrero de copa, además de capa y gabardina negra quien lo saluda de manera afable. “Harvey tenía años buscándote”.
Se sorprendió de aquella visita, el hombre se le presentó como Alex, aquel día. “Tengo los mejores números y solo tienes que colocar algo en riesgo”. El mago se sorprendía de ver como el misterioso hombre sabía todos sus números; pero recordaba que nunca lo había visto en el público.
¿Qué coloco en riesgo?, decía el mago… pero el hombre se interponía en el tema diciendo “te interesa ganar dinero y fama verdad”. El hombre estaba dudoso de la propuesta pero tenía muchas necesidades. “Conmigo este teatro será el pasado”; decía Alex mientras sonreía de manera macabra.
Harvey nunca preguntó que tenía que hacer… solo se interesó en saber el monto del dinero que recibiría. “Si nunca he tenido nada, aceptaré la propuesta”. ¿Dónde firmó?… “firmar nada, solo tienes que venir conmigo y yo te diré los números que harás, todo está listo”.
El Mago Harvey y su extraño amigo
Se sorprendió que Alex tenía ya todo el aparataje para sus números, incluso carros con la cara de Harvey. ¿Pero… y esto de donde salió, no sabía que tenía esos camiones para mí?. “Soy tu representante y trabajarás para mí, bajo mis reglas», dijo Alex.
Incluso Harvey se asombraba de ver afiches con su cara… “soy yo en esos afiches”. Las personas lo veían y lo conocían. Una carpa al estilo del mejor circo acompañaban aquel aparataje del mago. “Usted gastó una fortuna en esto”, decía el mago. “Descuida el dinero me sobra”, decía el hombre.
Harvey tenía fama y era reconocido por sus números arriesgados. Pasaba horas ensayando bajo la tutela del misterioso hombre. “No tenía nada, y ahora por usted tengo todo”, decía el mago. Mientras el macabro hombre respondía… “recuerda que algún día yo te cobraré”.
El dinero entraba de lleno en las funciones en Europa, donde los números de magia de Harvey eran aplaudidos. Mientras salía del camerino a firmar autógrafos a los asistentes. “De donde salió tanta fama, si la gente decía que no era buen mago”, decía un sorprendido Harvey.
El cobro y el número del 6 de junio de 1926
“Este número te va a cubrir de fama y dinero, la presentación será el 6 de junio de 1926 en París”, decía Alex a Harvey… pero el número le helaba la sangre al mago. “Pero estoy arriesgando mi vida. Puedo morir haciendo ese número”, decía el mago. “Soy tu representante y debes hacer el número… llegó la hora del cobro”.
El número era entrar en una caja de vidrio llena de agua y hacer un escape mientras estaba amarrado con cadenas y pesados candados. Harvey al entrar en la caja de vidrio veía como se quedaba sin aire. Alex aplaudía emocionado mientras las personas en el teatro gritaban.
Todo aquel acto se había transformado en una tragedia y el mago no sobrevivía a aquel número. Las personas salían corriendo de la carpa y del acto de magia. La policía llegó junto a los bomberos; mientras que del extraño amigo del mago Harvey nunca más se supo.
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