Eran finales de 1979, la famosa modelo Mariana inundaba con su belleza las pantallas de la televisión venezolana. Su figura monumental la hicieron que participara en el año siguiente directamente en el concurso de belleza más importante del país.
A los 19 años estaba copando la escena era una joven impresionante, cursaba estudios de administración en la UCV y su belleza se distinguía en todas partes. Apenas salía una propaganda sumaba más fama. Su potencial de belleza era uno de los más admiradas.
Su cabellera negra larga, figura envidiable, y una piel canela con unos ojos verdosos la hacían un cóctel de peligro para todo el público masculino. Fueron los ochenta esos años de gloria, fama, derroche donde decía que su juventud sería eterna.
“Cuídate Mariana”, le decía la mamá desde Mérida cada vez que hablaba con ella por teléfono. Recibía el año nuevo en los hoteles más caros. Tuvo romances con empresarios, artistas además de políticos de renombre en los años ochenta.
“Mija estás arrasando”, le decía su amigo Fernando, quien temía por esa acelerada vida. “Compra un apartamento, guardas tus joyas, la juventud no es eterna”, pero Mariana no prestaba atención aquello. «Tengo a medio país loco por mi, mejor así», decía.
Fumaba varias cajetillas de cigarrillos al día y entre sesiones de fotos siempre tenía que verse fresca y juvenil. Ya en 1992 su cutis se estaba marchitando y estaba quedando por fuera de los desfiles reconocidos de moda.
La famosa modelo
Mariana llamaba en los años siguientes a las personas para desfiles, pero una camada de jóvenes emergía y varias de sus amigas ya se habían casado y marchado del país. La crisis bancaria de 1993 se convirtió en una pesadilla donde perdió sus ahorros.
Solo se le reconoció una pequeña parte, vendía sus joyas, veía como todo el mundo le daba la espalda y ya Mariana no era el centro de atención como fue a finales de los setenta. En aquellos años los vuelos de Viasa se habían hecho costumbre; ahora no.
Así iba marchitándose, cigarrillo tras cigarrillo veía que en los canales de televisión donde salía se hacían los que no la recordaban. Tuvo que vender su casa para poder mudarse a un apartamento modesto, mientras recibía la noticia de que su madre fallecía en Mérida.
Todas aquellas modelos que eran sus amigas se habían ido del país mientras la juventud y las nuevas curvas se adueñaban de la televisión. ¿Quién es Mariana?, decían algunos de los que la conocieron y ahora la habían olvidado.
Los años pasan
Fueron pasando los años no tenía nada, solo recuerdos mientras su juventud y aquellos enamoramientos quedaban en las revistas de los ochenta. Nadie la recordaba en el año 2000. “Ah verdad eres tú, pero ahorita no tengo trabajo”; le decían en las televisoras nacionales.
Mariana a diario se despertaba con dolores en las piernas debido al uso excesivo de tacones en la juventud. La tristeza se fue apoderando de ella y su memoria iba borrándose lentamente en una Caracas donde pocos la conocían.
La famosa modelo siguió caminando con sus recuerdos en una ciudad que la había olvidado por completo y donde nadie se acordaba de su figura y su sonrisa y menos de su cabellera o del color de su piel…
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