Muchos se preguntan si Taylor Swift volará unos 22.000 kilómetros este fin de semana para ver a su novio jugar en la final del Super Bowl que se realizará este domingo en el área metropolitana de Las Vegas.
Sin embargo, unas horas antes, la cantante tendrá un concierto en Tokio, Japón.
Con esto, se dispara la polémica sobre los vuelos privados de los multimillonarios y su impacto en la contaminación del planeta. Y en esta discusión, la artista está en el ojo del huracán desde hace años.
La cantante puede llegar a tiempo para el partido, pero solo si hace uso una vez más de uno de sus jets privados. Los viajes en aviones privados son considerados una de las formas de viajar con mayor emisión de carbono. Producen nueve veces más carbono por pasajero que los vuelos comerciales, según una investigación del University College London publicada en 2023.
Luego de la final del Super Bowl, Taylor Swift tiene que viajar a Melbourne, Australia, para otro concierto el 16 de febrero.
El Washington Post ha hecho las cuentas: si la artista hiciera todo el viaje, con su respectiva parada en Las Vegas, en su jet Dassault Falcon 900, podría quemar alrededor de 8.800 galones de combustible. Esto generaría cerca de 90 toneladas de emisiones de carbono.
En perspectiva, es más que todas las emisiones que provocan seis estadounidenses promedio en un año.
La presión contra Taylor Swift
Aunque hay otros artistas y millonarios frente al mismo dilema, Swift destaca en el tema a raíz de un reporte de Yard, que en junio 2022 publicó la lista de los famosos que más emisiones de carbono provocaban con sus vuelos privados. La cantante figuró entonces en el puesto número uno.
Para saber si mantendrá su lugar en este trono, tocará estar atento al Super Bowl este domingo.
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