¿Es posible enamorarse del arte? La verdad es que sí. No en vano algunos padecen del síndrome de Stendhal; esa felicidad y sentimientos especiales cuando se está al frente de una gran obra de arte.
Alida Figueroa y Pablo Fermín lo saben, porque no sólo se han enamorado del arte, sino que también el arte los ha enamorado. Complicidad perfecta para crear y creer.
Así han sumado más de 25 años de trayectoria, construyendo «Ali y Pablo», proyecto que los identifica como dúo dinámico y artístico.
Habían emigrado del país en busca de algo diferente, pasando por algunos países de Latinoamérica. Sin embargo, «llega un momento como artista en el que sientes que ya estás en una zona de confort», confesó Ali.
Es ahí donde Venezuela vuelve a ser un ancla segura y Carabobo su muelle de retorno. «Si nosotros vamos a hacer algo más en lo artístico, para aportar más a la comunidad, que sea en Venezuela».
Arte sin lienzo
Pablo tuvo la motivación de un familiar para adentrarse en este universo. De ahí en adelante no paró de dibujar y prepararse en dibujo artístico, diseño gráfico, aerografía y artes plásticas.
En ese ínterin y compartiendo estudios, llega Alida. «Yo entré al mundo del arte por Pablo. Nunca me había pasado por la cabeza. No tenía ni destreza, ni nada».
Y ese andar les ha permitido perfeccionar técnicas, mejorar procesos y lo que es mejor aún, profesionalizar un arte donde el lienzo no es lienzo. Ali y Pablo son referentes nacionales en el arte del body paint.
No resulta una labor sencilla. Hay que cuidar hasta el más mínimo detalle. Tanto así, que culminar una pintura sobre el cuerpo humano, donde el lienzo es la piel, puede demorar de 45 minutos a 6 u 8 horas de trabajo.
Vivir del arte
Como artistas visuales, Ali y Pablo suman un todo con la mayor adaptabilidad que el arte les ofrece y permite; incluso capacitando a otros para que también se enamoren el arte. Y además, que entiendan y valoren que sí se puede vivir de eso. «Es un proceso que da miedo» pero sí se puede, concuerdan ambos.
Hoy estarán creando una gran obra, mañana haciendo un mural inspirado en la naturaleza, un taller de cómo aprender a dibujar o grabando un nuevo episodio de su podcats «Ali and Pablo» y otro día preparando postres, que como apasionados multifacéticos también se les da.
Lo cierto es que, Ali y Pablo están muy seguros de esto: nunca dejarán de ser artistas ni de hacer arte. «Todo lo que hacemos es arte«.
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