jueves, marzo 28, 2024
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¡Buena idea! Ave amazónica se convierte en oruga para engañar a sus depredadores (+fotos)

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IOTA Latino
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Foto: AFP

(Valencia, 08 de marzo. Noticias24 Carabobo) Una especie de ave que de adulta se asemeja a un gorrión y oriunda de la Amazonía encontró una peculiar estrategia de supervivencia en un entorno hostil: camuflarse como una oruga venenosa, descubrieron científicos colombianos.

En la selva tropical sudamericana, donde según los expertos entre el 90 y el 95% de las aves no llegan a adultos debido a las múltiples amenazas del medio, la plañidera cenicienta (Laniocera hypopyrra) desarrolló un mecanismo de defensa que la asemeja a una oruga tóxica de la familia Megalopygidae.

“Esto se llama mimetismo batesiano, cuando animales no tóxicos imitan a animales tóxicos para protegerse de los depredadores”, dijo a la AFP Gustavo Londoño, investigador de la Universidad Icesi de la ciudad de Cali y coautor de un estudio sobre el tema publicado en la revista estadounidense The American Naturalist.

Foto: AFP

¿Cómo lo hacen?

Londoño, especialista en la conducta de las aves, dijo que en observaciones de campo descubrieron una evolución de morfologías y comportamientos para subsistir.

Para empezar, las plañideras cenicientas, que de adultas son grises, nacen con plumas naranjas y con puntas blancas, lo cual les permite emular a estas larvas venenosas, cuya especie aún no se ha podido determinar.

Aparte de este llamativo plumaje, los expertos notaron que estos polluelos, de apariencia y tamaño similar a las orugas tóxicas, tenían una forma específica de identificar a sus padres que también parecía protegerlos de posibles depredadores.

Cuando sentían una presencia en el nido, empezaban a mover la cabeza para imitar el movimiento de la oruga. “Sólo cuando el adulto emitía una vocalización especial, el polluelo empezaba a pedir alimento”, agregó.

Londoño señaló que los adultos alimentan “muy poco” a sus crías. “Sólo una vez por hora, mientras que otras aves, de Norteamérica, por ejemplo, los alimentan entre 12 y 20 veces por hora”, dijo.

La investigación, que comenzó con la tesis de doctorado de Londoño en 2007 y ya ha involucrado a unos 200 estudiantes de 16 países, continúa para determinar la especie de la oruga y avanzar en otros aspecto de los cambios morfológicos y comportamentales detectados.

Con información de AFP

Foto: AFP
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