Michael Jordan es considerado el mejor jugador en la historia del baloncesto. Él cambió la manera de jugar en el deporte de los gigantes y convirtió en obras de arte sus jugadas majestuosas, en la cancha. Sin duda marcó una época dorada e imborrable de la NBA.
Lo impresionante de Michael Jordan era su capacidad de a sangre fría, tomar el balón en los instantes de apremio y convertir el tiro final para darle (en infinitas oportunidades) el triunfo a sus amados Bulls de Chicago, como el que hizo el 14 de junio de 1998.
Para ese entonces, hace 19 años, ejecutó el «Last Shot» (El Último Tiro); así fue bautizado el lanzamiento, en el sexto juego de la final frente a Jazz de Utah, para darle al quinteto de la Ciudad de Los Vientos su sexto título en su historia y último, hasta ahora, para la franquicia.
En el recuento de la época la serie estaba 3-2 a favor de Chicago y se jugaba en la casa de Utah. Restaban 25 segundos en el reloj del cuarto período, y el equipo local ganaba 86-85. John Stockton, armador del elenco musical, le pasó el balón a Karl Malone (marcado por Dennis Rodman) y Jordan lo madrugó (sorprendiéndolo por atrás) para arrebatarle sin falta el balón, dándole a Bulls el control en la ofensiva.
El eterno dorsal 23 de los astados bajó el balón, con 20 segundos por jugarse, para consumir tiempo y su magia comenzó a 8 segundos para el final, frente a su marcador Bryon Russell, uno de los mejores defensores desde el perímetro.
Jordan empezó a driblar hacia el centro del tabloncillo, realizó un crossover, cambiando el balón de su mano derecha a la izquierda, sacando de balance a su rival. Acto seguido se elevó desde el tiro libre para hacer el magistral lanzamiento que a la postre le dio el sexto título en su carrera, todos con Bulls de Chicago.
Esa fue su última canasta en postemporada y su 25° canasta ganadora con Bulls, que ganó el juego por 87-86. Como dato anecdótico, Jordan disputó 6 finales y las 6 las ganó. En ninguna de ellas llegó a un séptimo y decisivo encuentro.
Con información de Meridiano