El Papa Francisco aprobó este miércoles la canonización del monseñor salvadoreño Óscar Arnulfo Romero y Galdámez, quien se caracterizó por impulsar la defensa de los derechos humanos en su país, así como por la reivindicación de las luchas de los campesinos desplazados.
Este anuncio fue celebrado por el Presidente de El Salvador, Salvador Sánchez Cerén, quien destacó su alegría al conocer la noticia.
«Quiero expresar, como Presidente de la República, que me uno a la alegría del pueblo salvadoreño ante el anuncio del Vaticano sobre la aprobación del decreto que hará posible la canonización de monseñor Óscar Arnulfo Romero y Galdámez», escribió en su cuenta en Twitter.
Asimismo, extendió sus felicitaciones a la Iglesia Católica salvadoreña «por este suceso histórico que reconoce a nivel mundial la entrega y sacrificio del beato Romero. Agradecemos al Papa Francisco por la aprobación de este decreto y el especial interés hacia la figura y la obra del mártir salvadoreño».
De igual manera, el mandatario mencionó que su Gobierno «se compromete a seguir trabajando bajo la guía de Monseñor Romero. Su compromiso por la paz y la justicia social, hoy más que nunca, continúa vigente».
La canonización del monseñor Óscar Arnulfo Romero y Galdámez, fue anunciado por la oficina de prensa del Vaticano.
El monseñor Romero y Galdámez, quien fue asesinado en 1980, durante una misa, fue declarado beato en 2016 (al iniciarse el proceso en marzo de 1994). Dicho decreto reconoce el «martirio» de Romero y Galdámez in odium fidei, es decir, que fue asesinado por «odio a la fe» y por tanto sin necesidad de un milagro.
“Si denuncio y condeno la injusticia, es porque es mi obligación como pastor de un pueblo oprimido y humillado”, fue una de las frases más célebres de Romero, quien no dudó en denunciar a las víctimas de la dictadura en El Salvador y en dar refugio a los campesinos desplazados por la represión.
En diversas oportunidades monseñor Romero y Galdámez manifestó su repudio y criticó la ayuda del Gobierno de Estados Unidos a la dictadura en su país; el entonces presidente norteamericano, Jimmy Carter, exhortó al Vaticano a sancionarlo.
El 23 de marzo de 1980 pidió el fin de la represión en un discurso. «Les ruego, les suplico y, en el nombre de Dios, les ordeno que cese la represión”, exclamó durante esa homilía, donde los presentes celebraron con aplausos este petición.
Al día siguiente, mientras daba una misa exclamó: “un obispo puede morir, pero la iglesia no; si muero, resucitaré en el pueblo salvadoreño”. Tras lo cual fue impactado por una bala disparada desde un vehículo que se encontraba fuera de la capilla».
Romero podría ser canonizado en el Vaticano junto con el Papa Pablo VI a finales de octubre próximo en Roma, al final del Sínodo de Obispos sobre los Jóvenes, convocado del 3 al 28 de octubre, reseña la agencia EFE.
Otra opción sería una posible canonización en El Salvador o en Panamá en enero de 2019, donde Francisco tiene previsto viajar para la Jornada Mundial de la Juventud, agrega la agencia española de noticias.
Con información de AVN