El carnaval se celebra en muchas ciudades por todo el mundo, desbordando las calles con desfiles, comparsas y los clásicos disfraces o máscaras.
La temporada de carnaval es justamente antes del miércoles de Ceniza, así que el martes de Carnaval, también conocido en francés como Mardi gras, es el último día de la celebración.
Aunque para la mayoría sea una oportunidad de diversión, algarabía y algunos excesos típicos de una fiesta popular, el Carnaval es un celebración religiosa.
De allí que muchos se pregunten, ¿qué relación tiene el carnaval con la Iglesia Católica?
Carnaval: ¿celebración religiosa?
Hay fuentes que aseguran que el origen del Carnaval, tal y como lo conocemos ahora, se remonta a más de 5.000 años.
Algunos lo sitúan en el Imperio Romano, ya que está relacionado con las Saturnales, unas festividades realizadas en honor al dios Saturno. Otros, lo direccionan a Grecia, ya que también celebraban unos festejos similares donde se veneraba a Dionisio.
Nadie sabe con certeza cuáles son los orígenes del carnaval. Sus raíces se pierden en la historia, de modo que hay mucha especulación con respecto a ello.
Pero la opinión popularmente aceptada es que la palabra “carnaval” tiene que ver con la abstinencia de carne durante el ayuno católico de la Cuaresma.
Se dice que la palabra se deriva del latín carne vale, que significa “carne, adiós.”
Para lograr este período de abstinencia y ayuno, días antes tenía lugar el Carnaval, una celebración donde todo estaba permitido, por lo que, para esconder su identidad, las personas se cubría el rostro o iba disfrazadas.
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