Para muchos es el primer automóvil que manejó, para otros la emoción de ser venezolano. Los carritos de rolineras siguen vigentes en todo el país a pesar de los años y es una de las emociones más grandes.
En los estados andinos es una de las mayores emociones que se vive y para muchos los carritos de rolineras son un juguete. Solo basta una tabla resistente unos listones de madera y buscar bajada; lo demás es controlarlo.
Unos lo tienen de rolineras para otros las ruedas de un coche son muy importantes para que rueden más. Incluso a estas emociones se le agrega un poco de aceite para desarrollar más velocidad; como también algún sistema de frenos.
Carritos de rolineras, sin duda un juguete
En diciembre pasado en algunos barrios de Caracas se hicieron las famosas carreras con emociones por doquier. El ingenio se pone presente en las carreras ya que muchos buscan desarrollar velocidad.
Los carritos de rolineras se han transformado y ya no es solo una tabla con listones; a veces son diseños aerodinámicos. En Venezuela estas emociones de las carreras se han vivido durante décadas.
Por supuesto las emociones son muchas y hay que tener mucho cuidado si vas al volante. Ya que a veces la velocidad es incontrolable para detener el carro. Pero sin duda es una de las grandes vivencias que todo niño venezolano guarda.
En todas partes de Venezuela
Muchos consideran que el juguete es un tanto peligroso pero lo bueno es el ingenio; diseños, modelos, decoraciones y hasta como los transforman además de las emociones que se viven. Otros por el contrario le adaptan otras ruedas.
En todos los estados de Venezuela siempre hay una bajada donde se vivieron esas emociones de las carreras. Por supuesto en Valencia se guardan muchas vivencias de estar montado en estos carritos.
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