El 24 de junio de 1821 no todo fue color de rosa en la Casa de Los Celis la cual alberga una gran parte de la historia de nuestra entidad. Esta ahora es un museo pero sus espacios albergó a muchas personas antes y durante la Batalla de Carabobo.
Esta casa perteneció a al español Ramón Ibarrolaburu y Añorga quien era coronel de caballería. Ibarrolaburu había heredado la propiedad de María Josefa de Páez de Ibarrolaburu con un testamento.
Aquella tarde luego del mediodía sangriento la misma habilitaron para que se convirtiera en un hospital como en una funeraria. Los médicos, enfermeras y demás personas iban atendiendo a los soldados heridos.
La casa desde afuera era observada por los curiosos quienes veían a los soldados llegar. Unos los iban cargando y llegaron al lugar en caballos. Los cuartos se convirtieron en salas de operaciones.
Mientras la noticia fue más triste aun con las muertes de los generales Manuel Cedeño como de Ambrosio Plaza. Quienes fueron velados en unas de las habitaciones mientras en las otras las personas veían el desfile de fallecidos y muertos.
El hospital de la ciudad estaba en la misma cuadra y llevaba el nombre de San Antonio de Padua pero este se encontraba colapsado por el número de personas. El San Antonio de Padua estaba en la misma cuadra en el ahora casco histórico.
Casa de Los Celis y la historia
La familia Ibarrolaburu decidió irse a España y establecerse en la “Madre Patria”. El gobierno decidió confiscarla casa en 1826 y esta pasa a remodelaciones en ese año ante la vista de todos.
El 8 de junio de 1960 la misma es convertida en Monumento histórico nacional en el año 1964 y pasó a manos de una Fundación. Hoy unas cuantas décadas después esta pasó a ser un museo.
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