Los investigadores entendían que había un patrón genético que impedía el crecimiento de la mazorca. Ahora, han logrado identificarlo y buscan la manera de utilizarlo a su favor. Así, a través de la mutación Fasciated Ear 3 (FEA3), pretenden evitar esa detención del crecimiento y, por el contrario, potenciarlo. Sin embargo, en las primeras pruebas comprobaron que lo que hacía era generar unas ‘orejas’ pequeñas y deformes, reseñó el portal Gizmodo.
Para evitarlo, consideraron la idea de utilizar una mutación más moderada que permitiera que esas «orejas» sobrevivieran y fueran mayores a las normales, por lo que la producción de granos podría aumentar de manera considerable.
El líder del equipo de investigación, David Jackson, explicó que «si los aumentos de rendimiento de las cepas de laboratorio» se replican en la producción se requerirá «menos tierra para desarrollar la agricultura. También podría beneficiar a los productores de países en desarrollo en una amplia gama de cultivos».
Con información de Actualidad RT