El 11 de enero de 1820, el Congreso de Angostura, por petición de Simón Bolívar, decretó la abolición progresiva de la esclavitud en todo el territorio nacional, con el fin de sumar a la causa republicana una gran cantidad de esclavos que aún no participaban en las guerras independentistas.
La decisión tomada por los diputados de Congreso eliminaba la norma de tradición colonial que dictaba que “vientre de esclavo engendra Congreso”. Así la esclavitud iría desapareciendo definitivamente en las siguientes generaciones, explica el diario Versión Final.
En 1811, año en que se decretó la independencia de Venezuela, se contempló la necesidad de impedir las actividades relacionadas con el transporte y la comercialización de los esclavos. Durante la guerra que comenzó al año siguiente, se ofreció libertad a todos aquellos que se alistaran para combatir a favor de la República.
Ya en 1816, Bolívar había decretado la abolición de la esclavitud para hacer popular la lucha independentista y cumplir la promesa que le había hecho a Alexander Petión, quien lo ayudó desde la recién liberada isla de Haití.
A nivel constitucional, el decreto definitivo de la libertad de los esclavos llegó el 24 de marzo de 1854, durante el gobierno de José Gregorio Monagas. Pero la lucha que mantenían las clases oligarcas del país por el control de las riquezas imposibilitaba a los desposeídos que recién accedían a la libertad ganarse la vida de otra forma que no fuera la subordinación total a los patronos, propietarios de las tierras y medios de producción.
Con información de La Nación