Los pulpos han demostrado que pertenecen a ese grupo de animales que desde hace tiempo nos intentan decir algo. Han estado enviando señales de su inteligencia. Son capaces de crear cúpulas protectoras recogiendo conchas del fondo del mar. Utilizan herramientas, cambian de color en función del terreno que les rodea, e inician guerras proyectando armamento.
Huidizos y habilidosos se las han ingeniado para desarrollar estas habilidades en las profundidades del mar. Eso sin contar que esos atributos son escasamente igualados por otras especies tierra adentro. ¿Cómo ha sido esto posible? Un artículo de Magnet, nos ayuda a rastrear el origen de su ingenio.
Los pulpos sin lastre
Si los pulpos fuesen religiosos monoteístas seguramente pensarían para sus adentros que Dios sabe lo que hace. Existe sólida evidencia científica que señala a una pérdida como la provocadora de su agudeza. Así lo indica Piero Amodio y un grupo de investigadores de la Universidad de Cambridge. Perder sus conchas les desarrolló la inteligencia.
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Los pulpos y calamares son moluscos, familia que también incluye a almejas y ostras. Hace millones de años contaban con similares conchas protectoras. En un momento, sin embargo, las perdieron. Y en su lugar desarrollaron una percepción agudizada de su entorno.
Amodio y compañía creen que el salto evolutivo de los pulpos se dio hace 275 millones de años. Las conchas servían como refugio, pero también como lastre a la hora de competir por unos recursos escasos. Al perderlas, los cefalópodos tuvieron que encontrar otras vías para defenderse de sus predadores.
También tuvieron que desarrollar astutas técnicas para abastecerse de más tipos de alimento. Nuevos nutrientes, nuevas defensas y nuevas estrategias. Un proceso que llevó su intelecto a un nivel superior.
Otro nivel
Sin embargo, no toda la comunidad científica está de acuerdo. Amodio publicó su trabajo a finales de 2019. En marzo, Ernesto Mollo, del Consiglio Nazionale delle Ricerche italiano, escribió otro paper en el que manifestaba sus dudas. El desarrollo de inteligencia requiere de varias generaciones. ¿Cómo se habrían protegido los pulpos durante el periodo inmediatamente posterior a la pérdida de sus conchas, si no eran todavía tan inteligentes?
La única respuesta posible es que los pulpos comenzaron a volverse muy inteligentes antes de perder las conchas. No después. Amodio presentó otro estudio rebatiendo parte de lo argumentado por Mollo.
El salto post-concha
Amodio concuerda en la naturaleza progresiva de la evolución, pero cree que algunas características, como el camuflaje, sólo pudieron ser desarrolladas post-concha. Y que si bien la inteligencia se moldeó pre-concha, el salto se dio después.
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Sin lastre, los pulpos se convirtieron en animales muy vulnerables a los predadores. Lo que desarrolló su agilidad, convirtiéndolos en animales escurridizos y atentos. Se sabe que utilizan a sus presas como herramientas defensivas y que, debidamente entrenados, pueden apagar las luces de un acuario.
Los pulpos han aprendido las lecciones que otorga la experiencia, han aprendido a base de penurias y dificultades. Poseen los recursos para sobrevivir en un entorno donde eran el último eslabón de la cadena.