La Organización Mundial de la Salud (OMS), en la edición del 2023 de su informe anual Estadísticas Mundiales de Salud, refleja que en 2020-2021, la Covid-19 causó 336,8 millones de años de vida perdidos en todo el mundo.
Una cifra calificada por la OMS, en su portal, como estremecedora, ya que se trata de «una media de 22 años de vida perdidos por cada muerte de más».
«Truncó abrupta y trágicamente la vida de millones de personas», manifiesta la institución alarmada por estos 336,8 millones de años de vida perdidos.
Así como se refieren al impacto de la pandemia en todo el mundo, mencionaron las mejoras significativas a las que han asistido, desde principios del siglo XXI, en la esfera de la salud de la madre y el niño.
Al respecto, hablan de un descenso en los fallecimientos de un tercio y la mitad, respectivamente.
Igualmente, hubo una disminución en la incidencia de enfermedades infecciosas como el VIH, la tuberculosis y el paludismo.
También se redujo el riesgo de muertes prematuras por enfermedades no transmisibles y traumatismos.
«Todo ello contribuyó a que aumentara la esperanza de vida mundial, que pasó de 67 años en 2000 a 73 años en 2019», destacó el organismo en su reseña.
Incidencias del Covid-19
Argumentaron que la pandemia ha alejado a muchos indicadores relacionados con la salud de su objetivo.
Asimismo, ha contribuido a las desigualdades en el acceso a una atención médica de alta calidad, así como la vacunación sistemática y la protección financiera.
Una consecuencia de todo ese escenario es que se han invertido las tendencias positivas respecto al paludismo y la tuberculosis.
De igual manera, hubo una reducción en el número de personas que recibieron tratamiento para enfermedades tropicales desatendidas.
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