Mientras el coronavirus se expande cada vez más y cobra víctimas dondequiera, los covidiotas y los antivacunas forjan una alianza para eternizar la pandemia.
A diario los expertos suelen lanzar recomendaciones a la población, sobre todo a las personas que ignoran la cuarentena. También los usuarios de las distintas plataformas se hacen eco de las sugerencias. De igual forma denuncian a los que de manera deliberada menosprecian los alcances de la enfermedad.
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Las redes sociales bautizan a estas personas con el neologismo covidiotas, los que se creen más listos que nadie. Y los que para ellos no existen reglas. Les da igual cumplir las recomendaciones sin pensar en las consecuencias del coronavirus.
Las denominadas fiestas covid que se extienden multiplican los contagios a pesar de las advertencias de las autoridades sanitarias. Los sanitaristas temen que con los covidiotas y los antivacunas el coronavirus podría cobrar más vidas y convertirse en endémico.
Covidiotas y antivacunas al acecho
Diversos medios estadounidenses reseñan las “Covidparty», fiestas en las que se hace una rifa y el dinero recaudado se entrega a la primera persona que dé positivo en un test de coronavirus. Por ello las autoridades del estado de Texas insisten en advertir acerca de la insensatez de esas personas. Se arriesgan a contagiar a sus amigos y parientes cercanos.
Por su parte los grupos antivacunas salen a las calles con las mascarillas en sus bolsillos. Insisten en que la inmunidad al COVID-19 la obtiene el hombre sin necesidad de inyección alguna.
Por ahora mientras los científicos trabajan de manera incansable para encontrar una cura al coronavirus, los covidiotas y los antivacunas realizan su tarea negacionista. Las abrumadoras evidencias científicas no se bastan.
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Sin embargo, organismos como la Organización Mundial de la Salud alerta que el coronavirus ha contagiado a más de 13 millones de personas y provocado la muerte a casi 600.000. Por ello algunos expertos piden endurecer las sanciones por delitos contra la salud pública.
También señalan que los covidiotas y los antivacunas están en su derecho de no creer en la gravedad de la enfermedad. Pero advierten que pueden convertirse en vectores epidémicos que pueden contagiar a personas mayores o a otras con factores de riesgo.