Depende de varios factores, según expertos que hablaron con la BBC, la postura en la que el sobreviviente se encuentre tras el desplome, el acceso a aire y agua, el clima, las condiciones meteorológicas y el estado físico de la persona atrapada influyen en un todo sobre cuánto puede seguir con vida.
«En edificios colapsados entre las planchas de cemento o concreto habrá huecos, espacios en los que la gente pueda sobrevivir, y eso explica que los equipos de rescate continúen con su trabajo», señaló a BBC Mundo Ray Gray, quien durante tres décadas participó en rescates con la ONG británica International Rescue Corps.
Un elemento clave es el acceso a oxígeno
«El oxígeno en general suele no ser un problema en un edificio colapsado porque el aire encuentra la forma de ingresar», afirmó Gray.
El siguiente factor esencial es acceso a agua.
«Cuando un edificio colapsa las alarmas de incendios en general activan rociadores de agua. En el edificio se habrá cortado el suministro de gas y electricidad para evitar explosiones o incendios, pero el de agua permanece porque el líquido puede seguir goteando desde cañerías rotas».
«He estado en rescates en los que los bomberos rocían los escombros con agua para que pueda gotear y llegar a personas atrapadas», dijo.
Por su parte, Roberto Rubio, fundador de la ONG Salvamento, Ayuda y Rescate, SAR-NAVARRA-ESPAÑA (entidad de ayuda internacional), ha liderado rescates en casos de terremotos y otros desastres durante dos décadas, en sitios como Haití, Chile, Ecuador, Perú, Irán y Turquía.
Rubio explicó a BBC Mundo que los factores que afectan a la supervivencia en estas situaciones son impredecibles. «Pero al igual que los rescatistas que allí se encuentran, la esperanza no se puede perder hasta el final«.
«El principal factor de supervivencia en una persona atrapada para que pueda ser rescatada con vida sin duda son la gravedad de las lesiones, tanto las que se producen en el momento del derrumbe, como las patologías previas», afirmó.
«En multitud de situaciones, las personas rescatadas con vida pasados los 10 días son personas jóvenes sin patologías previas de interés».
Además del acceso a oxígeno y agua, otros factores a tener en cuenta son «la permeabilidad del escombro, la calidad de su estructura de rotura, que también afecta, tanto para la supervivencia como para el rescate. Por ejemplo, la morfología de planchas, grandes o pequeñas, limpias o polvorientas».
Rubio agregó que la temperatura es un factor muy importante a tener en cuenta, pues el clima local determina cuánto pueden resistir las víctimas.
«Este factor reduce en consideración el índice de supervivencia provocando la deshidratación del atrapado, pero es la temperatura del lugar en el que se encuentra la víctima la que marca realmente la diferencia».
Un adulto típico puede resistir temperaturas de hasta 21C sin que el cuerpo pierda su capacidad de retener el calor. Pero cuando se vuelve más frío, cambian las cosas.
En esa instancia, la temperatura del cuerpo esencialmente sigue la temperatura ambiental.
«La rapidez a la que se produce la hipotermia dependerá de qué tan aislada se encuentra la persona, o que tanta protección tiene. Al final de cuentas, muchos de los menos afortunados tendrán hipotermia bajo estas circunstancias», según un especialista.
En el verano, sucede lo contrario, si el entorno es demasiado caliente, la víctima puede deshidratarse demasiado rápido, lo que reduce sus posibilidades de supervivencia.
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