(Valencia, 06 de agosto. Noticias24 Carabobo) Esta vez para saber que tan bueno es tu chico en la intimidad, no necesitas de una bola de cristal, pues ahora su nombre puede decirte mucho de sus cualidades sexuales. ¿Alejandro, José, Pedro, Carlos, Luis? u otros, descubre cuál de ellos es capaz de llevarte a un momento de intenso placer en la cama.
En la cama con Alejandro:
Cuidado, chicas: cuando te metas en la cama con un Alejandro, no tendrás que hacer mucho para calentarte enseguida. Los hombres con este nombre son, en realidad, muy excitantes.
En la cama con Lucas:
Sus ejemplos son el gran seductor Casanova y el mítico Don Juan. Sin embargo, no es alguien que se te ponga a tiro fácilmente. Además, hay que ser muy hombre para llamarse Lucas: es muy imaginativo en la cama y tienen las manos ágiles.
En la cama con Mario:
Quien consiga meter a un Mario en su cama, puede sentirse muy afortunada y debería mantenerlo para sí. Los hombres que se llaman Mario no se caracterizan por coquetear mucho o ser unos grandes seductores para las mujeres. Además, en la cama no debes tener grandes expectativas o esperar mucho de ellos. Sin embargo, aunque en el sexo no sean para tirar cohetes, son muy apasionados en las historias de amor y, con sus manos, podrán darte horas y horas de placer. Además les gustan mucho los abrazos.
En la cama con Daniel:
Antes de hacer que las paredes del dormitorio tiemblen, Daniel necesita un pequeño calentamiento. Una vez que arranca, la cosa no para: los hombres con el nombre de Daniel son muy potentes. Un Daniel es un rompecamas que te hará botar durante horas. Sin embargo, pondrá mucho más énfasis en la cantidad que en la calidad. Además no le gustan mucho los juguetes sexuales.
En la cama con José:
¿Aburrida? Si metes a un José en tu cama, puedes ir borrando esa palabra de tu vocabulario. José es imaginativo, creativo y le gusta probar cosas nuevas. José hace uso de una experiencia sexual propia de los sueños. A propósito de ello, decir que, de vez en cuando, también le van los jueguecitos sadomasoquistas.
En la cama con Pedro:
La mala noticia primero: los hombres que se llaman Pedro se ven un poco indefensos en la cama y al principio, no son para tirar cohetes. La buena noticia es que Pedro siempre está dispuesto a aprender. Él se preocupa mucho de que su pareja disfrute de momentos de placer y, por eso, le gusta agrandar su repertorio erótico, que al principio será un poco limitado. Una buena opción para aquellas que metan a un Pedro en su cama: muéstrale por dónde ir y haz uso de tu experiencia para tomar el papel dominante.
En la cama con Javier:
Para un Javier, el sexo no es un deporte en el colchón en el que él y su pareja tengan que superar cada día en rendimiento físico. Le gusta, sin embargo, algo más tranquilo y suave. Esto no significa que si pasas una noche con Javi, vayas a estar a su servicio. Los hombres que se llaman Javier son muy sensibles y saben lo que las mujeres quieren. Además, su juego favorito es hacer llegar a su chica al clímax. El punto negativo: no son demasiado buenos besando.
En la cama con Carlos:
Le gusta la provocación y el vacile y más si su chica le sigue el rollo. Estos juegos desembocan al final en una tensión sexual que termina por resolverse en la cama. El resultado es una explosión de la pasión. Solo un pequeño inconveniente: la pasión inicial de Carlos se desvanece rápidamente. Pero no por ello le falta imaginación y, a veces y en pequeñas dosis, una pizca de depravación. Por cierto, le encantan los pechos sin importarle el tamaño.
En la cama con Jorge:
Un Jorge necesita poco para desarrollar completamente sus habilidades sexuales en la cama. Esto significa que, si es la primera vez que llevas a Jorge a tu cama, puedes esperar auténticas excelencias sexuales. La emoción sentimental que acompaña a Jorge no es demasiado pronunciada, pero hay esperanza para aquellas que compartan cama a menudo con un Jorge: cuanto más familiar sea la relación, más abierto y dispuesto a experimentar estará.
En la cama con Luis:
Luis en un alma romántica. Aunque pueda parecerte un amante inseguro al principio, puede llegar a ser realmente fascinante y mimoso. Puede que te sorprenda con un masaje con música relajante o con hermosas palabras poéticas con una copa de vino a la luz de las velas. En la cama está abierto a todo, pero no es demasiado sucio. El sexo sadomasoquista no va mucho con él. Encuentra muy llamativos los pechos y el trasero y siempre está pendiente de ello durante el sexo.
Con información de En femenino
