Una multinacional británica asociada al Center for Sensorimotor Neural Engineering (CSNE) de EEUU está trabajando en el desarrollo de procesadores que puedan ser implantados en el cerebro para interpretar sus señales e intentar revertir la parálisis cerebral o medular, permitiéndoles emitir una retroalimentación sensorial.
Según explica la compañía, los implantes digitalizarán los datos descifrados para que puedan ser procesados y conseguir que el cuerpo reacciones en consecuencia.
La firma, ARM, ha señalado que a través del proyecto desarrollará un system-on-a-chip (SoC) para las interfaces cerebro-ordenador bidireccionales (BBCI), que estará destinado al tratamiento de los trastornos neurodegenerativos como el Parkinson o el Alzheimer.
La iniciativa, que todavía se encuentra en su primera fase y tomará unos diez años para perfeccionar sus beneficios, no es la primera que intenta descifrar las interfaces cerebro-ordenador. Facebook, también, estaría apostando por la interacción de las máquinas y el cerebro mediante su proyecto Building 8, y Elon Musk hace lo propio con su programa Neuralink.
Con información de Globovisión