Eran las doce de la noche cuando el poeta pensaba en el extraño amor uno que le había ocasionado dudas como también dolor. Pensaba en lo vivido, mientras caminaba por la Cedeño, solitario y desleído.
Iba poco a poco y pensando en lo sucedido en aquella noche extraña cuando aquel amor había conseguido. Eran más de la una, ni tenía hambre y tampoco había comido solo pensaba en aquel amor que lo había dejado en el olvido.
Fueron noches de pasión, las cuales las cuales lo habían conmovido, sentía el recuerdo que le quemaba de haberla tenido. De haber conquistado a aquella hermosa mujer que de cuentos pareció haber salido…
Eran los tiempos de Valencia y de mucha gente que había mentido, mientras el poeta se acordaba de aquellos ojos turquesa y de aquellos cabellos amarillos. De cómo el amor había pasado tan rápido pero nunca pasaría al olvido…
El extraño amor del poeta
Iba por la Bolívar pensando en lo sucedido, en las risas compartidas, en lo feliz que había sido. Iba caminando por la soledad, pensando cómo pudo haber sucedido. Quería escapar de la melancolía la cual lo tenía deprimido…
Quería llorar por aquel amor que de a poco fue correspondido… iba solitario y pensando en lo que ambos habían vivido. En aquella inspiración de lo que había sucedido de los ojos turquesa que tanto lo vieron dormido.
Se habían convertido en amantes, en seres de un amor fugitivo, en amores de fin de siglo, de historias que no quedarían en el olvido. El poeta pensaba en lo que había sucedido, con aquel amor que parecía imposible y que a él le había sucedido.
Mirando las estrellas
Las estrellas veía… aunque feliz se había sentido, por lo que con ella había compartido, desde el enredo de sus cabellos hasta quedarse dormido. De haber compartido en salidas y que el amor se quedara más allá de los cinco sentidos.
Iba por la avenida Bolívar acordándose de lo sucedido, parecía que aquel amor lo había conocido Valencia como si fuera el escenario que nunca pasaría al olvido… El poeta caminaba pensando en aquel amor correspondido…
Que parecía historias de cuentos, amores que habían que habían sucedido… el poeta veía el reloj y el alba anunciaba que había amanecido… el poeta siguió caminando en aquello que había sucedido…
Y tenía que seguir con su vida, anexar ese amor a los que ya había vivido, aunque este parecíó marcarlo y que nunca quedara en el olvido… y es por ello que contó su historia… años después que ella ya se había ido…
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