Waraira Repano, la emblemática montaña en la cual se sitúa el caraqueño y lujoso Hotel Humboldt. También es un lugar lleno de escalofriantes historias y leyendas urbanas de almas en pena que no han querido o han podido dejar el Humboldt.
Las estadísticas de las autoridades locales arrojan que ese hotel en particular ha sido el escenario de múltiples asesinatos, suicidios y accidentes fatales que van desde niños ahogados en las piscinas, venganzas entre empleados, suicidios desde las terrazas y luego lanzados montaña abajo hasta la muerte de una de las amantes Marcos Pérez Jiménez.
El fantasma del Hotel Humboldt
Sucede que un día el General hace acto de presencia en el hotel con una de sus amantes y ocupa la suite presidencial, al enterarse su esposa se pone furiosa y de repente entra en la habitación del dictador.
Cuando en ese instante la amante sale corriendo a esconderse en el balcón, pero ya era tarde la esposa de Pérez Jiménez ya la había visto y procedió a golpearla, entre golpes y forcejeos la desafortunada amante resbala y cae al vacío dejando una escena sangrienta en el lugar.
El dictador llama a los empleados y les hace jurar no decirle nunca a nadie lo sucedido, pero años más tarde los vigilantes nocturnos rompen el silencio y cuentan todo lo sucedido.
Debido a que empezaron a escuchar gritos, pisadas y hasta llantos de una mujer que deambulan en el hotel y luego desaparecía entre los pasillos y balcones del piso 7 en el cual justamente ocurrió el fatal accidente o en su defecto asesinato.
Una noche calmada y callada un guardia de turno sale a hacer su ronda cuando escucha de repente unos gritos de auxilio provenientes de la suite presidencial.
Rápidamente abre la habitación y consigue a una mujer llorando en el balcón y como si nada ésta cae al vacío, el vigilante sorprendido se asoma y no consigue absolutamente nada dejándolo petrificado de miedo y terror.
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