viernes, mayo 3, 2024
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El espeluznante juego de la tabla en el liceo del centro de Valencia

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IOTA Latino
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Era el frío mes de noviembre en el año 1989 cuando los estudiantes les mataba la curiosidad por el juego de la tabla en el liceo. Poco llovía ya en ese mes sobre todo en el centro de Valencia, la ciudad estaba sumergida en las personas buscando rebajas y precios por diciembre.

Mientras aquel plantel estaba en las calles del centro valenciano, Alexis se combinaba con los otros estudiantes para ingresar la extraña tabla al liceo. “Esto es peligroso”; decía el estudiante de noveno grado, quien afirmaba ser un maestro de aquel juego.

“Esto es preguntas sencillas”, decía el estudiante. El grupo de alumnos burló la hora libre aprovechando que una de las profesoras estaba de reposo. Se encerraron en la biblioteca mientras todos veían con curiosidad la tabla. “Chamo tu sabes cómo llevar esto”, decía uno de los estudiantes.

Tres varones y dos hembras pidieron permiso para revisar algunos libros en la biblioteca del plantel. Aprovechando la soledad les mataba la curiosidad por ver el juego. “Bueno aquí lo primero es preguntar si alguna de las del salón están enamoradas”, decía Carlos.

Los estudiantes comenzaron a curiosear con aquella tabla mientras veían que poco a poco la electricidad de la biblioteca empezaba a sonar. Los tubos fluorescentes titilaban en el sitio donde estaban los jóvenes. “Mosca chamo con algo”, decía Félix.

El juego de la tabla en el liceo

Continuaban el juego aquel 22 de noviembre cuando sintieron que varios de los libros se caían de los estantes. Mientras se miraban las caras sorprendidos por los ruidos extraños que se sentían en el viejo techo de tejas del liceo.

“No, ya esto me da miedo”, pero cuando Bárbara intentaba salir, sentía que la puerta estaba cerrada por fuera. Los estudiantes se veían las caras mientras escuchaban que un fuerte aguacero comenzó a caer de la nada.

Uno de los profesores intentaba abrir la puerta por fuera mientras los estudiantes optaron por esconder la tabla en el cielo raso. “Esconde eso allí”, decía Carlos, mientras Argenis uno de los docentes intentaba abrir la puerta.

Unos minutos después logró entrar, la biblioteca estaba desordenada por completo. Mientras los estudiantes se veían asustados. ¿Qué estaban haciendo ustedes aquí?, “nada profesor, esto empezó de la nada”. Los estudiantes salieron de la biblioteca pero quedando pendientes de que la tabla estaba en el techo… “mañana la buscamos”.

Al otro día Alexis, Carlos y Bárbara entraron a la biblioteca para buscar la misma en el cielo raso. Pero su sorpresa la tabla nunca apareció… aun 34 años después ninguno de los estudiantes sabe que se hizo la misteriosa tabla…

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