Científicos franceses encontraron una explicación al misterio del Agua Muerta y sostienen que el fenómeno pudo provocar la derrota naval de Marco Antonio y Cleopatra ante Octavio.
En 1893, el explorador noruego Fridtjof Nansen atravesó por primera vez Groenlandia. Su barco, el “Fram” con el motor encendido se detuvo cuando navegaba por el archipiélago Nordenskiöld, al norte de Siberia, hacia el Polo Norte.
Puedes leer: Confirman cinco casos de COVID-19 en Guacara y 12 sospechosos
Nansen después bautizó esa experiencia como el Agua Muerta. Esa fuerza invisible le impedía maniobrar y alcanzar una velocidad normal.
Nadie podía encontrarle una respuesta a todo aquello hasta que en 1904 el físico y oceanógrafo sueco Vagn Walfrid Ekman halló en su laboratorio una posible solución. Señaló que en esa área del océano Ártico se forman unas olas de arrastre entre el agua salada y dulce de los derretidos glaciares que generan resistencia.
El misterio del Agua Muerta
Pero su explicación no fue suficiente hasta que ahora unos científicos de la Universidad de Poitiers ha conseguido explicarlo explican el fenómeno del Agua Muerta. Señalan que los cambios de velocidad en los barcos atrapados en esas aguas se deben a que las olas actúan como una cinta transportadora ondulante.
De acuerdo con los investigadores las naves se mueven hacia adelante y hacia atrás. Además valoran que el fenómeno pudo provocar que las poderosas naves de Cleopatra y Marco Antonio perdieran frente a las más débiles de Octavio en la Batalla de Accio.
El misterio del Agua Muerta ocurre en todos los mares y océanos donde se mezclan aguas de diferentes densidades. Aprecian que también ocurre en la desembocadura de ríos como el Orinoco.
“También se encuentra en lagos fríos de montaña en verano porque hay estratificación de la temperatura. Por lo tanto, existe el riesgo de que los nadadores se ahoguen”, señalan los científicos.
Puedes leer: Diputado Hernán Alemán falleció en Colombia por COVID-19
Para ellos el misterio Agua Muerta revela dos fenómenos de arrastre. El trabajo publicado en la revista científica PNAS, utiliza una clasificación matemática de diferentes ondas internas. Además analizan imágenes experimentales a escala de subpíxel.
El fenómeno ya tiene una explicación que se compara con una cinta transportadora.
