A todas las playas que vamos del país, vemos a el peñero venezolano, o los botes venezolanos, estos ahora de fibra aunque todavía los hay de madera. Este es parte de la cultura marítima nacional.
Coloridos, con nombres llamativos como Palagar, Rey Neptuno, Coro Coro, Amor Marino, entre otros. Los nombres son originales, algunos lo ponen en honor a los familiares que tuvieron uno identificado de esa manera.
Eso es por nombrar algunos nombres ya que hay infinidades en todo el país, de punta a punta encontramos uno. Guiados siempre por personas amables que saben de pesca, de mar y de las playas del país.
El peñero venezolano ¡es cultura!
Solo por nombrar a sitios como Gañango en Puerto Cabello o en Puerto Colombia en Choroní vemos a estos tranquilos en el agua. Y siempre son fotografiados y dados a conocer como parte de las playas nacionales.
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Hoy hacemos ese llamado a las autoridades de la cultura, a que se haga un estudio y el mismo pase a ser patrimonio cultural. Que se dé a conocer esa cultura de la pesca, de su gente, de los que saben del mar.
Que se conozca más de la cultura de llevar un peñero, de conocer el mar y el porqué de sus colores como antes. Un peñero es sinónimo de trabajo, un transporte y hasta un sitio para conversar en una tarde.
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Esperemos que se hagan los estudios correspondientes y que se pueda ver en un futuro a estos como parte del patrimonio nuestro. Un patrimonio que encierra la cultura marina del país y de toda su gente.
Gente que hemos conocido a lo largo de estos años en tantos viajes a las playas y donde nos hemos dado cuenta que un peñero también es familia. Ya que genera empleo, trabajo y además navega en nuestro Mar Caribe que corresponde a nuestro país.
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