La candidata presidencial hondureña Xiomara Castro se dirigió a una victoria aplastante en las elecciones del domingo, declarando su victoria mientras sus partidarios bailaban fuera de sus oficinas para celebrar el regreso de la izquierda al poder 12 años después de que su marido fuera derrocado en un golpe de Estado.
Las elecciones, que darán a Honduras su primera mujer presidenta, parecían haber transcurrido sin problemas, en contraste con las de hace cuatro años, cuando un resultado ajustado dio lugar a una impugnación y a protestas mortales tras las denuncias generalizadas de irregularidades.
Con la mitad de los votos escrutados, Castro, la esposa del ex presidente Manuel Zelaya, tenía una ventaja de casi 20 puntos sobre Nasry Asfura, la alcaldesa de la capital y aspirante del gobernante Partido Nacional, que obtuvo un 34% según el recuento preliminar del lunes.
En la sede de la campaña de Castro se produjeron celebraciones de júbilo al conocer el recuento de votos y mantener su ventaja. Las oficinas del gobernante Partido Nacional conservador de Asfura estaban desiertas.
Elecciones Honduras 2021
Castro, autoproclamada socialista democrática en un país en el que pocas mujeres ocupan cargos públicos, obtuvo el apoyo de una amplia franja de hondureños cansados de la corrupción y la concentración de poder que creció bajo el Partido Nacional.
«Hemos hecho retroceder el autoritarismo», dijo a sus partidarios a última hora del domingo, rodeada de sus fieles del Partido Libre, ayudantes y familiares, incluido su marido Zelaya, que fue derrocado cuando las élites empresariales y militares se aliaron contra él, dando paso a una docena de años de gobierno del Partido Nacional.
«PAZ Y JUSTICIA»
Dependiendo de sus decisiones políticas, Castro podría revertir el debilitamiento del sistema de justicia hondureño que ha beneficiado a los grupos corruptos y criminales, una tendencia observada en toda América Central en los últimos años.
Ha prometido solicitar la ayuda de las Naciones Unidas para reforzar la lucha contra la corrupción. Promete legalizar el aborto en algunos casos. Es posible que establezca relaciones diplomáticas con Pekín, un tema que preocupa a Washington.
Los líderes empresariales no tardaron en felicitarla y Castro prometió trabajar «de la mano» con el sector privado.
«Vamos a formar un gobierno de reconciliación, un gobierno de paz y justicia», añadió Castro.
Sin embargo, los críticos la han pintado como una radical peligrosa, recordando la cercanía de Zelaya con el fallecido presidente venezolano Hugo Chávez.
En su discurso, Castro prometió fortalecer la democracia directa mediante la celebración de referendos sobre políticas clave. En otros lugares de América Latina, esa herramienta ha reforzado en ocasiones el poder presidencial.
Referéndum
Un referéndum planeado por Zelaya sobre la reforma constitucional, que incluía permitir la reelección de un presidente para un segundo mandato, fue el catalizador del golpe de Estado contra él, ya que las élites se sentían incómodas por su alianza con Chávez.
A pesar de esa resistencia a la reelección, un alto tribunal repleto de aliados del actual presidente Juan Orlando Hernández modificó posteriormente la Constitución para permitirle un segundo mandato.
A primera hora del lunes, Castro agradeció en Twitter al presidente venezolano, Nicolás Maduro, un mensaje de felicitación.
La elección tuvo lugar en un contexto de pobreza exacerbada por la pandemia de coronavirus, que se sumó a la ira alimentada;por los escándalos que contribuyeron a empujar un número récord de migrantes a marcharse a Estados Unidos.
Castro, que ya se había presentado en dos ocasiones a las elecciones presidenciales, aprovechó la impopularidad del saliente;Hernández, implicado en un caso de narcotráfico en un tribunal federal estadounidense.
Hernández ha negado repetidamente haber actuado mal, pero el candidato de su partido, Asfura, se esforzó por mantener las;distancias con el presidente durante la campaña electoral. El marido de Castro, Zelaya, también;fue implicado por un testigo en un tribunal estadounidense de haber aceptado un soborno de drogas. Él negó la acusación.
Asfura instó a los votantes a mostrar paciencia en una publicación en las redes sociales, pero no llegó a conceder.
La suerte de los 128 miembros del Congreso hondureño quedó en el aire sin que el consejo electoral publicara los resultados preliminares. Si el Partido Nacional puede mantener el control, podría complicar la vida a un gobierno de Castro.
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