“Contemplar a todos los hombres del mundo reunidos en la sociedad para trabajar, luchar y mejorarse a sí mismos no puede sino maravillarte más que ninguna otra cosa”, es el pensamiento del filósofo italiano Antonio Gramsci, escogido por Emeterio Calzadilla de 62 años, oriundo de Valle de la Pascua, estado Guárico, para echar raíces en tierras guacareñas y transmitir a las nuevas generaciones su pasión por el arte.
Aunque la escritura de su llegada al mundo data en territorio guariqueño, Emeterio describe su andar por toda la geografía venezolana, en una vida bohemia de inquietante y curioso viajero que le ha permitido atesorar experiencias y vivencias con otros artesanos, pintores y demás ciudadanos para plasmar sentimientos en cada lienzo.
“Me recibió la gente de Yagua, ya hace mucho tiempo, luego me fui otra vez a El Llano, Valle de la Pascua, El Sombrero, Ortiz, San Juan de Los Morros, donde tuve la oportunidad de hacerle unos trabajos de pintura al Monseñor Ascanio y fue todo este camino el que -sin darme cuenta- me trajo de regreso a Guacara; por eso digo que aquí me quedo un buen tiempo para aportar todo lo que pueda para rescatar a nuestros muchachos”, cuenta esperanzado el artista.
Indicó que su memoria no recuerda una fecha exacta de sus inicios en la pintura y aun, sin tener conocimientos académicos, su gusto por las artes fue lo que lo llevó a inclinarse, documentarse y dejar el corazón de manera empírica en cada pintura; mientras acotó que involucrarse con un grupo de pintores valencianos le ayudó a perfeccionar las técnicas.
Dijo utilizar óleo, pinturas al frío, lona y tela para pintar lo que sus seguidores le solicitan en lo decorativo y artístico, entre ellos: surrealismo, paisajismo, arte abstracto, retratos, impresionismo, cubismo. Mientras, apasionado señaló que es el surrealismo el que más le llama la atención por ser “tus sentimientos, tus sueños, visiones y metas lo que llevas a la tela, como una parte positiva de la pintura”.
“Un amigo me regaló un libro, con él tuve la maravillosa bondad de conocer la historia completa del arte, la vida de muchos pintores, los tipos de arte, las diferentes maneras de pintar, qué es una perspectiva, y con este mismo libro me he dedicado a compartir mis conocimientos con jóvenes y adultos guacareños; mientras que con los niños me dedico a ayudarlos a plasmar lo que sienten y sueñan”, expresó con satisfacción.
Con un ánimo inquebrantable, el artesano aseguró que continúa su búsqueda de un material didáctico que le sirva para encaminar, de acuerdo a su nivel de entendimiento, a los más pequeños por este “hermoso mundo en el que la libertad del pensamiento y el color del alma afloran para dar sentido a un pedazo de lienzo”, brindándoles así la oportunidad de ser cada día mejores personas.
Inspirado por Arturo Michelena
De todos los emblemáticos nombres de la pintura, el del reconocido artista plástico venezolano Arturo Michelena, manifestó ser el que más ha captado su atención; “he pintado la última cena inconclusa del pintor valenciano muchas veces, también he pintado la Última Cena de Leonardo da Vinci, pero sin duda es la de Michelena la que más me gusta por su manera de plasmar los colores y aprovechar la luz”.
Ha dedicado parte de su trabajo de pintura en decorar varios templos en Guacara y otras ciudades venezolanas. “En San Juan de Los Morros tuve el honor de decorar la catedral de San Juan, actualmente en Guacara estoy pintando el templo de la Virgen de Fátima de Portugal en la Iglesia Nuestra Virgen de Fátima del sector La Libertad, mejor conocida como la Iglesia La Antigua; en la comunidad Las Casitas pinté al Santo Patrono de la ciudad, San Agustín de Hipona, mientras que en otras religiones he pintado murales”, contó con mirada contemplativa.
Incursión en otras artes
De su trayectoria mencionó haber trabajado en la decoración de las instalaciones de la empresa estatal Agropatria, en Cagua, estado Aragua. “Con unos pastores evangélicos estudié Teología y pinté para la 1era Convención de Niños Cristianos en Barquisimeto; allá la vida me dio un vuelco cuando un carro me atropelló y me fracturó la pierna, teniendo que quedarme varado por un tiempo que utilice para agradecer a todos los que me ayudaron a través de mis pinturas”.
Asimismo, señaló que en Ciudad Bolívar, al sur de Venezuela, aprendió a tallar azabaches, hacer otras artesanías a las que se dedicó por un buen tiempo, “sé esculpir garzas de jardín con harina de trigo, arena y cemento; tallo piedra y madera; tallo bajo relieve en cuadros; pero me he dado cuenta que eso no es valorado por la gente tanto como la pintura, y que otros puedan apreciar, querer y valorar lo que hago me lleva a continuar por este camino”.
Pintando nuevos caminos en Guacara
Con un proyecto de un “Centro de Información Turística y Artesanal Guacara”, que cultiva bajo la frase de “Un espacio para crecer”, Emeterio Calzadilla amplía sus espacios en el arte para impartir técnicas de pinturas a 40 niños del sur de la localidad, infantes provenientes de las comunidades de El Samán, donde ejerce su oficio, así como de Los Girasoles y Capeminfra.
“Las clases las imparto sábados y domingos para no interferir con sus actividades escolares, es muy importante que vayan al colegio, les hice sus caballetes con madera que consigo reciclada en una empresa de Los Guayos, y se los identifiqué con los nombres para motivarlos a inspirarse y, sobre todo, a enamorarse del arte”, sostuvo el también artesano.
Aseveró preocupado que a los niños y jóvenes hay que mantenerlos ocupados y, sobre todo vigilados, “si te fijas, hay muchos padres que no han entendido cómo criar y ves a los muchachos metidos en internet sin supervisión, viendo lo que es y lo que nos es”.
Criticó que hay docentes que en vez de preocuparse por los pequeños, prestan mayor atención a su celular, y se refirió a los pequeños que mantienen sometidos a los demás: “hay que ponerles el ojo, encaminarlos por el deporte, la cultura, el arte, los estudios, solo así serán hombres y mujeres con valores y principios”.
Risueño dice que trabajar con los niños y jóvenes lo inspira bajo el anhelo de encontrar a otro Arturo Michelena, Cristóbal Rojas o un nuevo Carlos Cruz Diez, “puedes tener entre ellos a esa persona y si no se les das la oportunidad, o no se incentiva al niño, se puede perder un valor”; por ello, destacó encontrarse gestionando, junto a los jóvenes guacareños del “Colectivo ZPG” y a la Dirección de Cultura y Turismo de la Alcaldía de Guacara, liderada por el alcalde Gerardo Sánchez, un espacio adecuado para continuar sembrando el arte en el presente y futuro del país.
Con información de Prensa Alcaldía de Guacara
