Jacinto Cruz y José Rodríguez Saldaña se encontraban en estado de coma en un hospital de Iowa, tras sufrir un accidente vial. Mientras recuperaban el conocimiento, el sistema de salud estadounidense decidía cuál sería el destino de los dos mexicanos.
Ambos hombres contaban con seguro médico por su empleos en una empacadora de carne, sin embargo, no contaban con los permisos correspondientes para trabajar en el país.
Debido a lo engorroso de los trámites para saber quién se haría cargo de los gastos de la rehabilitación, el Centro Médico Metodista de Iowa decidió, tras consultar con la familia, trasladar ‘discretamente’ a los pacientes a México.
Jacinto y José se encontraban aún en estado de coma cuando fueron trasladados en un avión privado a México, dándose así la “deportación” de los mexicanos sin que ninguna autoridad judicial interviniera.
Los indocumentados despertaron en un hospital de Veracruz, sin saber qué será de ellos, pues en México no cuentan con Seguro Social.
En la misma situación
Cientos de inmigrantes que residen en Estados Unidos viven experiencias similares y no se trata de las leyes contra imigrantes, sino del sistema de hospital que pretende reducir gastos.
El proceso llamado “repatriaciones médicas” es aquel que se da cuando los hospitales “se deshacen” de los pacientes, conscientes o no, enviándolos a sus países en vuelos que ellos costean. Asociaciones civiles se quejan de la falta de reglamentación jurídica, pues no se consulta a ninguna autoridad migratoria para llevar a cabo el procedimiento.
En Estados Unidos los hospitales están obligados a prestar atención médica de urgencia a quien lo necesite, sin importar su nivel socioeconómico o situación legal, pero la obligación desaparece al momento en que el paciente está estable.
Con información de TVnotas
