El deporte aragüeño, y sobre todo el venezolano, se enluta tras la pérdida física de Mauricio Johnson. Fue exaltado al Salón de las glorias Aragueñas en el año 1990, por sus logros obtenidos en el baloncesto, donde figuró durante la década de los 50 y 60 en los Campeonatos Nacionales de dicha disciplina.
Su aporte como jugador, conllevó para que la entidad azulgrana sumara sus primeras conquistas deportivas, arrancando específicamente en el año 1958 donde obtuvo su primer título con Aragua, en el Campeonato Nacional de Baloncesto. Desde ese entonces labró el camino que condujo a los maracayeros a ser una potencia en esta disciplina, obteniendo hasta cinco títulos seguidos.
Junto a Rafael Romero Bolívar, Pedro Espinoza “Camaguey” y Lancelot Bobb, formaron uno de los mejores quintetos de toda la historia del baloncesto criollo. Formador de muchas generaciones de relevo, también fue mentor de quienes tomaron el mando en lo que fue denominada “La primera era dorada del baloncesto criollo”.
Como asistente técnico, Johnson, junto al técnico Julio Toro, llevaron a la selección nacional a conseguir los primeros grandes logros en este deporte para todo el país. Pasando primero por el título del Campeonato Suramericano de 1991, luego obteniendo el segundo lugar ante el “Dream Team” de Michael Jordan y compañía en 1992, hasta llegar a los Juegos Olímpicos de Barcelona en ese mismo año.
No solo representó a Aragua en el baloncesto, en el béisbol, llegó hasta la categoría AA. Este afamado deportista fue un ejemplo de constancia, esfuerzo y trabajo. Por tal motivo, el gimnasio cubierto que está dentro del Polideportivo Las Delicias lleva su nombre.
Hoy por su legado ha conducido a muchos en el baloncesto, su entrega en cuerpo y alma por esta disciplina dejó marcado a muchos, y sin duda lo seguirá haciendo.
Con información de Prensa Instituto Regional del Deporte de Aragua