En búsqueda de la reducción de costes dentro de la competición de Fórmula 1. Año tras año se introducen normas cada vez más intrusivas y que en muchas ocasiones repercuten en el espectáculo.
Desde hace una década, los motores están en el punto de mira, buscándose continuamente usar los menos posibles, limitando con ello la potencia, las revoluciones máximas… dicho de otra forma, buscando la reducción de costes se ponían mil y una trabas a los ingenieros, obligados a investigar e invertir en áreas que rara vez tienen aplicación más allá de la competición.
Esta temporada 2017 los equipos debían realizar la temporada completa con cuatro unidades de potencia, así como solo cuatro unidades de los principales componentes mecánicos. De nuevo, en busca de la reducción de costes, en 2018 sería aun más restrictivo, con solo tres motores disponibles, nada menos que siete carreras por motor.
Afortunadamente en la última reunión del grupo estratégico, éstos han hecho ver que esta norma lejos de lograr su objetivo de reducir costes, los iba a incrementar debido a la utilización de nuevos materiales, investigación y más y más unidades en bancos de pruebas, por lo que se ha llegado al acuerdo de suprimir dicha norma para 2018, según informa AMuS.
Sin embargo, lo que no parece haberse modificado es la reducción en el coste para los clientes. Así pues mientras esta temporada el precio de los motores estaba en torno a 17 millones de euros y en 2018 se reducirá a 12 millones debido a la necesidad de un motor menos, finalmente se ha decidido mantener esa cantidad de 12 millones de euros por suministrar los motores.
Con información de Car and Driver