Era una noche fría en enero de 1992 cuando Germán se acercaba las cadenas del Baúl en Cojedes. Decía estar harto de las historias y leyendas que hablaban de estas. “Ja… las ánimas, que son del Titanic, que cayeron del cielo”… decía el hombre.
Había viajado desde Caracas en su camioneta Ford para llegar hasta donde estaban las famosas cadenas. “Yo voy a terminar con este misterio, tengo que descubrir todo esto”. Pero en las fotos que le habían llevado veía pocas cadenas.
Pero los eslabones eran grandes además de pesados… pero cuando estaba en el lugar vio a una mujer de hermosa figura con el cabello negro largo hasta la cintura. Llevando una cesta en brazos… “jajajaja usté está loco, mejor será que se aleje de esas cadenas sabe”… le dijo la dama de sonrisa perfecta.
Germán no salía del asombro… “Yo quiero saber cómo llegaron esas cadenas hasta aquí”, le dijo el hombre. “Esas cadenas eran de un barco que se hundió hace años”. La dama se fue de prisa del lugar. Ante la mirada de suspenso del hombre.
Mientras Germán veía las cadenas en aquella noche de luna llena, ¿cómo llegaría esto aquí?, “alguien debe saber”. Pero mientras la madrugada avanzaba vio a un viejo venir con dos perros al lado… “Y ahora este también”.
El hombre de bigote y ropa de campo fue claro ante Germán… “mejor ni toque esas cadenas, usted no sabe lo que podría pasar”. “Pero y eso”… “Lo mejor es que prenda su camioneta y se vaya de aquí”, decía el hombre de sienes plateadas.
Germán y las cadenas del Baúl
“Esas cadenas las trajo un hombre que para nosotros era griego”… dijo el anciano. Pero las dudas de Germán crecían ante el misterio de las cadenas que están en el lugar. Horas después escucha los cascos de un caballo acercarse.
Un hombre mal encarado se baja del animal y sonríe irónicamente… “usté es otro de los que vienen a ver las cadenas”. “Yo solo quiero saber cómo llegaron hasta aquí”, dijo Germán. “Mire señó esas cadenas son las del Silbón. El mismo de la leyenda”, dijo el hombre.
Germán se acercó hasta el pueblo más cercano ya en el amanecer donde un hombre estaba abriendo la bodega. “Buenos días”… “Diga buenos días”, dijo el bodeguero. “Quien me puede hablar de las cadenas”… “Esa es una larga historia…”.
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Días después Germán regresó a Caracas con más dudas… mientras las cadenas del Baúl siguen siendo un misterio sin resolver. “No hay mares cerca, son muy pesadas para llegar al lugar. Y los españoles cuando llegaron allí en 1.744 ya estas estaban”…
Germán y las cadenas del Baúl… se suman a las tantas historias que cuenta sobre estas cadenas. Las cuales cuentan que las trajeron al lugar para aplanar el terreno…
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