El amor por la tierra que te ha visto nacer y desarrollarte en sociedad con semejantes es como el amor por una madre, incondicional, de esos que te empujan a continuar, a creer, a luchar. Un sentimiento individual que sin querer se vuelve colectivo, así es el amor de los habitantes de Guacara por cada metro geográfico de estas tierras del eje oriental carabobeño.
De esta manera, la evidente transformación del municipio Guacara, que una vez vio estancados los sueños de sus hijos de verlo desarrollado, cada día más organizado y urbanizado, emprendieron un nuevo rumbo, vislumbraron un nuevo camino, guiado por uno de sus coterráneos y fue eso lo que precisamente desde el año 2009 ha permitido su evolución hacia una gran ciudad.
Sus principales accesos viales han cambiado, el pulmón vegetal que lo rodea y llena de vida, paz y tranquilidad a su gente, sigue expandiéndose, los nuevos integrantes de las familias cuentan con más espacios para recrearse y crecer como niños, hombres y mujeres de bien.
Sus calles reciben diariamente a los suyos y a quienes visitan la ciudad con mayores niveles de confort, transitabilidad, movilidad; el casco histórico recuperó sus espacios para mantener su patrimonio cuidado y amado. La seguridad fue apuntalada a cubrir las necesidades de todos los ciudadanos entregándoles resultados, mientras que la cultura, el arte y el deporte se han vuelto protagonistas del quehacer diario, formando entre sus brazos cada segundo de la vida a mejores ciudadanos, comprometidos con su futuro.
Los que en él sueñan y despiertan con ganas de continuar siguen apostándole, y al igual que los que siempre lo visitan y lo han acogido como una tierra de progreso laboral, han entendido que sólo trabajando juntos es posible mirar y disfrutar al municipio Guacara hermoso en el presente y futuro.
Reordenamiento urbano de una gran ciudad
Una nueva avenida Piar
En el año 2011 inicia la transformación progresiva e indetenible de una ciudad con gran potencial industrial, ecológico y humano; todo esto con la llegada a la municipalidad del alcalde Gerardo Sánchez, un hijo de esta tierra que -al igual que muchos otros guacareños- conocía las necesidades y anhelaba otra realidad. Inicia la obra maestra de una primera gestión: ampliación de la avenida Piar, segunda entrada de la jurisdicción.
En este sentido, la construcción de 412 metros lineales de vialidad ofrecieron a más de 40 mil ciudadanos que diariamente se desplazan por este importante acceso, una carpeta asfáltica con altos estándares de calidad, reduciendo en gran medida los tiempos de desplazamiento al entrar al municipio, además del confortable paso vehicular por una conexión vial organizada, armónica, que se suma a una adecuada demarcación e instalación de las señales de tránsito que tanto demandaba el crecimiento urbano de Guacara.
Este proyecto de solución definitiva a la errada planificación de administraciones pasadas y sus problemas de congestionamiento permanente del transporte público, vehículos de carga pesada y particulares que por allí transitaban, contó entre sus trabajos de renovación con la rehabilitación del tramo de la vía hacia Vigirima, desde la intersección de la calle Piar con calle Arévalo González hasta el distribuidor “Negro Primero”; la instalación y puesta en funcionamiento del sistema de semáforos, la cimentación de separadores viales tipo New Jersey en concreto armado, la fabricación de rejas en el separador vial tipo New Jersey y la construcción de una bahía para paradas de autobuses.
Este nuevo sistema vial no sólo favoreció en gran medida a los conductores, ya que la construcción de 350 metros lineales de aceras y brocales le dieron la oportunidad a los transeúntes de movilizarse por toda la ampliación con seguridad y comodidad; regocijándose de contar con una nueva avenida Piar, realzada además por todo un pulmón vegetal circundante.
En contexto, esta estrategia integral para el inicio de todo un desarrollo urbanístico, contó con una especializada planificación en manos de expertos ingenieros y demás talento humano calificado, quienes adecuaron y complementaron rigurosamente el sistema de drenajes a fin de evitar futuros inconvenientes por las aguas pluviales; mientras que el embellecimiento paisajístico con los más de 13 mil árboles y arbustos que incrementaron la biodiversidad en la zona, ha sido mantenido en el tiempo gracias a la instalación de tubería de PVC que conformó todo el sistema de riego.
Cada detalle meticulosamente cuidado y la iluminación no pudo faltar, siendo engalanada con una acometida eléctrica para alimentar 18 postes con tecnología Led y tres torres luminarias, que sin duda, dieron el toque magistral a este primer impresionante cambio que se visualizaba en el horizonte del municipio Guacara.
Encrucijada Don Pedro Rojas de “El Cabrito”
El compromiso de transformación integral siguió su marcha, ahora abordando las necesidades de la parroquia Yagua, una extensa área geográfica del territorio guacareño que todos los días conoce de crecimiento social y con éste la congestión continua de sus accesos viales, además de la ausencia de aceras y brocales seguras en sus calles, despertando el interés de los grandes proyectos planificados desde la gestión municipal hacia la renovación de una creciente ciudad.
La oportunidad era para el acceso de la reconocida Yagua por la vía variante Yagua-Bárbula, que comunica a los guacareños con su vecino municipio San Diego. Así inicia la ampliación de la antigua Intersección de El Cabrito para convertirse en la Encrucijada Don Pedro Rojas de El Cabrito y con ella la reorganización del tráfico en las calles José Rafael Pocaterra, José Miguel Sanz y Leonardo Ruiz Pineda, que también se beneficiaron con estos cambios.
Cuatro canales de vialidad, amplias y seguras aceras, además decoradas con adoquines (ladrillos de cemento), el cambio de locales comerciales improvisados a 14 nuevos mini locales apropiados y dignos para el desarrollo de actividades productivas. Un sistema de semáforos y la correcta demarcación de la renovada carpeta asfáltica, más el embellecimiento de sus jardines, refrescó y solucionó el caos vehicular en un agradable y armónico acceso a la parroquia, donde los tiempos de viaje de propios y visitantes en carros particulares y vehículos de carga pesada disminuyeron de forma considerable.
De esta manera, seguía a toda marcha una visionaria gestión aplaudida por cientos de guacareños que por años habían soñado con esta expansión urbana; sin perder el rumbo paulatinamente, el objetivo se sigue materializando con gran respaldo de la gente buena, próspera, cálida y amable que palpita al ritmo de una gran ciudad… (Continuará)
Con información de prensa Alcaldía de Guacara