El recién nombrado CEO interino de OpenAI, Emmett Shear, compartió su temor de un escenario catastrófico relacionado con la inteligencia artificial (IA).
Shear, autodenominado «tecnooptimista», expresó su preocupación por la posibilidad de que la IA se mejore a sí misma de manera incontrolable, planteando riesgos para la humanidad.
El CEO estimó que existe una probabilidad significativa, oscilando entre el 5% y el 50%, de que la IA pueda avanzar hacia una mejora autónoma.
Este riesgo podría compararse con una «bomba destructora del universo», subrayando la gravedad del peligro percibido.
Un escenario potencialmente peligroso
El CEO interino de OpenAI expresó su inquietud sobre el concepto de una IA con habilidades mejoradas en todos los campos, equiparándolo a la creación de «bombas de fusión» altamente destructivas.
La rápida auto-mejora de la IA, según Shear, podría llevar a un escenario imposible de controlar.
Por su parte Sam Altman, fundador y ex CEO de OpenAI, comparte preocupaciones similares sobre el impacto de la IA en la sociedad. Altman ha advertido sobre la capacidad de la IA para desplazar empleos y ha abogado por la consideración de los riesgos de extinción como una prioridad mundial.
De tecnooptimista a CEO interino
Emmett Shear, también cofundador de la plataforma de streaming Twitch, asumió como CEO interino tras la destitución de Altman.
Su nombramiento como CEO interino de OpenAI se produjo en medio de tensiones sobre la dirección. Su visión de acelerar el desarrollo de la IA.
El ahora CEO reconoce la posibilidad de regulaciones futuras para la IA, aunque actualmente se considere prematuro. Destaca la necesidad de disposiciones normativas efectivas para garantizar un desarrollo seguro y ético de la tecnología.
Investigación independiente y cambios en el horizonte
El despido sorpresivo de Altman llevó a la designación de Shear como CEO interino, acompañada por un compromiso de investigar las circunstancias que rodearon la destitución.
Shear anticipa cambios significativos en OpenAI, reconociendo el daño a la reputación de la empresa.
En medio de incertidumbres y tensiones, OpenAI enfrenta la necesidad de equilibrar la innovación tecnológica con una gestión cuidadosa y ética para abordar los desafíos de la inteligencia artificial en constante evolución.
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