El norteamericano Jaceb Raak recibió un disparo en la pierna que impactó en su teléfono celular. Según los médicos, eso pudo haber ayudado a prevenir el daño de una arteria importante.
Jacob Raak es dueño de una pequeña empresa de Greenville, Delaware, Estados Unidos. Jamás pensó que durante sus vacaciones con amigos en Estambul iba a ser testigo de un acto terrorista. Y menos aún, que lograría sobrevivir al ataque perpetrado en la discoteca Reina gracias a su teléfono celular.
Jacob fue una de las 600 personas que celebraron Año Nuevo en ese club nocturno, ubicado sobre el río Bósforo. A la 1:15 de la mañana, el atacante abrió fuego, asesinó a 39 personas e hirió a decenas más.
El empresario consideró que es «la persona más afortunada de todas», ya que estaba en un grupo de 9 personas en el club nocturno y 7 de ellas fueron fusiladas.
Con información de Infobae